En julio del año pasado una gran exposición con obras de Amedeo Modigliani aterrizaría en Chile, al Museo de Bellas Artes. Anunciada con bombos y platillos, la muestra fue cancelada en abril, luego de que un caso de obras falsas del pintor italiano estallará en Roma, siendo el principal involucrado Christian Parisot, albacea de su obra y director del Instituto Modigliani, lugar de donde provenían las piezas de la esperada muestra.
Lejos de resolverse, el caso develó una intrincada trama de falsificaciones que está afectando a la obra de Modigliani, desde mediados de los años 80, luego de que su hija Jeanne falleciera a los 66 años tras caerse por las escaleras de su casa. Fue ella quien antes de morir traspasó el legado de su padre, al igual de los derechos de reproducción de su obra, a su amigo, el historiador de arte Christian Parisot.
En enero de 2012, la policía romana lo detuvo con 22 piezas falsas de Modigliani. Según la investigación, el curador organizaba exposiciones en todo el mundo, intercalando obras falsas y originales, vendiendo sólo las primeras si es que aparecía algún interesado. El negocio era redondo.
Tras estar preso unos meses, Parisot fue liberado, aunque con restricción de salir del país. A fines de enero, a pesar de las acusaciones, un tribunal italiano rechazó la petición de la nieta de Modigliani, Laure Nechtschein Modigliani, de recuperar el control de la obra de su abuelo.
Lo cierto es que Parisot no es el único experto cuestionado. A pesar de que los precios de las obras del italiano se han elevado en el mercado del arte, no existe hoy nadie con la autoridad de autentificar su obra. Hay por lo menos cinco catálogos razonados, tres de ellos realizados por Parisot, otro de Marc Restellini que todavía no ve la luz, ya que el erudito francés dijo haber recibido amenazas de muerte si lo publicaba, y el de Ambrogio Ceroni, el más confiable hasta ahora, que data de 1972.
De hecho, una pintura citada por Ceroni puede alcanzar un valor hasta tres o cuatro veces mayor que uno que no esté catalogado. Fue lo que pasó en 2010, cuando Sotheby's subastó el desnudo La belle Romaine (1917) en el precio récord de US$ 68 millones. Dos años después, Restellini hizo lo propio, en la casa de subastas Bonham, con el cuadro Jeune Fille aux Cheveux Noirs (1919), que no estaba catalogado por Ceroini y que se empinó en un poco más de US$ 1 millón.
Sin embargo, Ceroni tampoco es una fuente totalmente confiable. Fallecido hace cuatro décadas, su viuda Angela Bardenelli ha estado a cargo de su legado y ha trabajado de cerca con Parisot. En 2011, las autoridades del Museo Pushkin en Rusia dudaron de la autenticidad del cuadro Retrato Marevna, expuesto dentro de una muestra organizada por el Instituto Modigliani. Al hacer un estudio de los pigmentos de la obra, descubrieron que estos eran sintéticos, producidos a partir de 1940. Modigliani falleció en 1920. Parisot se defendió mostrando un documento firmado por Bardenelli, donde declaraba que su marido había autentificado la obra justo antes de morir.
EL VALOR DE LA MUERTE
Modigliani tuvo una vida breve y tormentosa. Luchó contra la pobreza, el alcohol y el rechazo de la crítica que tildó tempranamente su obra de "infantil" y de "realizada por un burgués sucio". Era apuesto y tuvo tórridos amoríos con decenas de mujeres, entre ellas la poeta rusa Anna Ajmátova. Su éxito comenzó recién en 1917, cuando se alió al galerista y mecenas polaco Leopold Zborowski, quien le consiguió su primera exposición individual en el Salón de París de ese año. Además entre 1916 y 1919, le facilitó su departamento y le suministró modelos y materiales para que pintara: el resultado fue una serie de desnudos, que se hallan entre los más reconocidos del artista. Modigliani murió un año después de meningitis, tenía 35 años. Su deceso sorprendió tanto a Jeanne Hebutérne, su joven amante embarazada de su segundo hijo, que decidió suicidarse dos días después, saltando de la ventana de su apartamento.
Según el biógrafo del pintor, Meryle Creseto, "el romanticismo trágico de su vida sólo ha mejorado los valores de mercado de su obra". Mientras que otro experto, el coleccionista italiano, Carlo Pepi, ha dicho que "Modigliani está produciendo más muerto que cuando estaba vivo".
En los años 60 se conocieron las primeras falsificaciones de sus obras. Los artistas detrás de ella ganaron fama instantánea. Como Elmyr de Hory, retratado por Orson Welles en F de Falso, quien se dedicó a falsificar obras de Mattisse, Picasso y Modigliani. Fue descubierto en 1968. También está David Stein, quien en 1967 fue condenado en Francia por falsificación y hurto de obras de arte. Su especialidad eran los artistas "modernos", entre ellos Modigliani. Por último, el más emblemático, el pintor John Myatt, quien junto a su socio John Drewe, fueron detenidos por Scotland Yard en 1985. Myatt reproducía obras de Chagall, Modigliani y Giacometti, entre otros. Salió en 1999 y desde 2007 tiene un programa de televisión llamado Fame in the frame donde pinta a famosos a la usanza de artistas clásicos.