La Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) acordaron hoy que sus embajadores en Honduras vuelvan a Tegucigalpa, ciudad que abandonaron tras el golpe de Estado que derrocó al Presidente Manuel Zelaya.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, anunciaron esta decisión tras la reunión que mantuvieron en Nueva York con representantes de doce países americanos, de la presidencia española de la UE y de la Comisión Europea.
Acordaron además enviar lo antes posible (viernes o sábado) una misión diplomática a Tegucigalpa, compuesta por cancilleres americanos, con el objetivo de poner en marcha una mesa de negociación.
Todos decidieron atender la petición del gobierno constitucional hondureño, que pidió que los embajadores regresaran debido al retorno de Zelaya en el país, con el objetivo de apoyar "sobre el terreno" esa mesa de diálogo, destinada a negociar una salida pacífica a la crisis.
Moratinos, quien avanzó que su intención es que el embajador de España regrese cuanto antes a Tegucigalpa, hizo pública la "preocupación" de la UE y de la OEA ante la "gravedad" de la crisis y volvió a reclamar a las autoridades de facto que eviten que la situación se desborde y que se viole la inmunidad de la embajada de Brasil, donde se encuentra refugiado Zelaya.
Insulza consideró que el momento actual, con el presidente constitucional de nuevo en Honduras, supone "una gran oportunidad para sentarse a negociar y promover una salida pacífica" que restituya la legalidad en el país.
Moratinos quiso dejar claro que tanto la OEA como la UE mantienen su condena al golpe de Estado y reclaman la restitución de Zelaya y el restablecimiento del orden constitucional.
El lunes se cumplirán tres meses del golpe de Estado y ningún país ha reconocido al gobierno de facto que lidera Roberto Micheletti.
En la reunión se acordó también respaldar la petición de Brasil, en cuya Embajada se encuentra refugiado Zelaya, para que se reúna el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para aprobar una declaración.