La ONU constata que todos los derechos humanos son violados en la República Centroafricana
Según el informe presentado por un organismo independiente, el país africano está sumido "en el caos de una guerra fratricida, interétnica e interreligiosa"
La experta independiente de Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en República Centroafricana, Marie-Thérèse Keita Bocoum, considera que todos los derechos de los ciudadanos de ese país están siendo violados y que la debilidad del Estado no permite hacer frente a esa situación.
"Las violaciones y los abusos más atroces y horribles continúan produciéndose sin ninguna forma de justicia. Entre ellos se pueden citar las violaciones del derecho a la vida, a la seguridad y a la integridad física a través de asesinatos, ejecuciones sumarias, así como tratos crueles, inhumanos y degradantes", afirmó Keita.
La experta independiente presentó hoy ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU su último informe sobre la situación en el país africano, que desde hace más de un año vive sumido en el caos de una guerra fratricida, interétnica e interreligiosa que ha forzado la huida de más de un millón de civiles que sobreviven escondidos en el interior del país o que han buscado refugio en países vecinos.
La experta reconoce que todos los grupos en conflicto son responsables de masacres, tanto los grupos Séléka, como los "Anti-Balaka", y "últimamente", señala Keita, el Ejército de Resistencia del Señor (LRA).
Hace casi un año, Bangui fue tomada por la entonces coalición rebelde Séléka, que asumió el poder en el país tras la huida del derrocado presidente François Bozizé.
Estos rebeldes son de confesión musulmana, frente a una población mayoritariamente católica, por lo que el conflicto adquirió tintes sectarios y religiosos al enfrentarse los grupos Séléka con las milicias cristianas "Anti-Balaka".
Al LRA se le atribuye el asesinato, secuestro, tortura y violación de miles de personas desde finales de los años 80 y ha sido parte activa en los últimos enfrentamientos.
La experta recordó que la población centroafricana vive "en permanente precariedad" dado que el conflicto ha destruido el tejido social y económico, ha obligado a cerrar hospitales y escuelas y cualquier tipo de estructura del Estado.
"La debilidad de las instituciones del Estado y la fragilidad del Estado en sí mismo han acabado por instalar un clima general de miedo e inseguridad, de desconfianza que favorece la impunidad e instala en el país el círculo vicioso de la violencia", afirmó.
Un análisis que comparte el embajador centroafricano ante la ONU en Ginebra, Léopold Ismael Samba, quien también se dirigió al Consejo para solicitar ayuda internacional.
"Necesitamos un plan Marshall para salvar el país", rogó Samba.
"Existe actualmente una calma precaria en Bangui pero no es real. El Estado está en quiebra, la impunidad es la regla. Necesitamos que nos ayuden de forma urgente", agregó el embajador.
Keita también solicitó que se refuercen urgentemente las misiones de mantenimiento de la paz desplegadas por la Unión Africana y por Francia para poder proteger efectivamente a la población civil.
"Es urgente que se establezcan medidas audaces en el ámbito de la seguridad, la justicia y la administración del territorio para evitar el caos, la división del país y la explotación oportunista de esta situación por grupos criminales o terroristas", concluyó Keita.
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