Amplia repercusión generaron los cuestionamiento acerca de la sexualidad de la atleta sudafricana Caster Semenya, debido a los rasgos masculinos que se popularizaron en el Mundial de Berlín.
Precisamente la Federación internacional obligó a la atleta realizarse chequeos para conocer la veracidad de su sexualidad, situación que fue rechazada por su país.
Sin embargo, los estudios fueron realizados y de inmediato detectaron la presencia de altos niveles de testosterona (el triple de una mujer normal), hecho que de inmediato fue asociado con el doctor alemán Ekkart Arbeit, quien tuvo protagonismo en la formación de la atleta.
Precisamente dicho facultativo ha estado involucrado en el historial de varias deportistas que han sido cuestionadas por su sexo, desde el momento en que comenzó a entrenar en la selección de Alemania Oriental en la década de los '80.
Una de ellas fue la lanzadora de bala alemana Heidi Krieger, que incluso se cambió de sexo en 1997, luego de recibir variadas dosis de hormonas masculinas durante su carrera.
Otro de los casos que se le conoce fue el que tuvo relación con la británica Denise Lewis, que competía en el heptathlon y que destacó por su "exceso" de masa muscular.
Mismo caso fue el que vivieron la lanzadora de disco Martina Hellmann y la velocista también alemana Renate Stecher, reconocidas por su cercanía con el abuso de hormonas.
Caso similar fue el que vivió la germana Yvonne Buschbaum (salto alto), que también se cambió de sexo, y que incluso en una oportunidad aseguró que "cualquiera que me conozca reconoce un defecto claro. Me siento como un hombre y vivir mi vida en el cuerpo de una mujer".