Todo comenzó cerca de la medianoche del miércoles. Ese día se produjo una explosión en una vivienda en Alcanar, en la provincia de Tarragona, que provocó que una célula yihadista cambiara sus planes. La detonación se atribuyó en un principio a una acumulación de gas, pero durante la tarde del jueves las autoridades señalaron que no se trataba de un hecho aislado. Un cuerpo fue encontrado por la policía, mientras que otro fue descubierto entre los escombros este viernes. Un tercer ocupante de la vivienda fue trasladado herido al hospital. El lugar fue ocupado "hace muchos meses", según vecinos de la zona. "Eran magrebíes que entraban y salían y descargaban cosas", dijo un vecino al diario El País. Allí la policía también encontró explosivos y se estima que durante varias semanas un grupo de jóvenes estaba planificando un gran atentado. Pero la explosión frustró sus planes y decidieron actuar con rapidez, antes de ser descubiertos.
A eso de las 16.50 horas del jueves, reinó el pánico en el centro de Barcelona, cuando una furgoneta blanca irrumpió en el famoso paseo de La Rambla, un lugar muy concurrido por turistas. La van comenzó su arremetida en la Plaza de Cataluña y avanzó 530 metros a gran velocidad en zigzag intentando derribar a la mayor cantidad de personas posible. El atacante se bajó del vehículo y huyó, mientras miles de personas intentaban aclarar lo sucedido. El hecho dejó al menos 13 muertos y más de 130 heridos. Entre las víctimas hay ciudadanos de 35 nacionalidades y se convirtió en el ataque más grave que ha sufrido España desde el 11-M, cuando 192 personas murieron en atentados en cuatro trenes en Madrid, en 2004.
El ataque en La Rambla no quedó allí. Mientras las fuerzas de seguridad aún se recuperaban por lo sucedido, horas después, pasadas las 1:30 de la madrugada del viernes, en Cambrils, Tarragona, un Audi A3 azul abatió a cinco personas cerca del Paseo Marítimo, un sector visitado por turistas. Utilizando el mismo método que en La Rambla, cinco terroristas atropellaron a peatones, pero el vehículo volcó por la intercepción de la policía. Cuatro hombres fueron abatidos de inmediato, pero un quinto comenzó a apuñalar antes de ser neutralizado. Cuatro personas fueron heridas y una mujer falleció.
Las fuerzas de seguridad lograron abatir a los cinco atacantes. Todos tenían cinturones de explosivos falsos. Según la prensa española, tres eran buscados por la policía y uno fue identificado por fuentes oficiales como Moussa Oukabir, el presunto autor del atropello en Barcelona. El joven de 17 años se había convertido en la persona más buscada en el país la tarde del jueves. Según las investigaciones, Oukabir había robado la documentación de su hermano mayor, Drissa, para arrendar a su nombre dos furgonetas, la que abandonaron en La Rambla y otra que apareció en Vic.
En un primer momento, todas las sospechas apuntaron a Drissa, quien llegó hace un par de días a España, pero éste declaró que le habían robado su identificación y negó cualquier vínculo con el atentado. Aún así, permanece detenido.
Según información policial citada por el diario El País, Moussa nació en 1999 en Ripoll, Gerona. Tiene nacionalidad marroquí, como los otros abatidos, y fue identificado gracias a huellas dactilares. Entre ellos, también estaba Said Aallaa, de 19 años, Mohamed Hychami, de 24 y durante la tarde de este viernes, el cuarto sospechoso que era buscado por la policía, Younes Abouyaaqoub también fue abatido por oficiales. Todos tenían entre 17 y 24 años.
Durante la tarde las autoridades se dirigieron a Ripoll donde detuvieron a tres sospechosos de estar involucrados en los atentados. En total, la policía ha detenido a cuatro personas por su presunta participación en los ataques y cinco han sido abatidos.
A diferencia de otros ataques terroristas en Europa, donde yihadistas han actuado como "lobos solitarios", en este atentado habrían participado al menos 12 personas, estiman las autoridades y presuntamente iban a atacar con un vehículo cargado con butano. La policía tiene claro que se trata de un grupo organizado, integrada por varios miembros y con mucha relación entre ellos, incluso familiar, destacó el diario español ABC. Su radicalización fue rápida.
El jefe de la policía catalana, Josep Lluis Trapero, dijo que trabajaban para desarticular la célula y que era "precipitado" saber cómo se inició la radicalización.