El 2013 se inauguró en Hamburgo el primer museo dedicado exclusivamente a recordar los crímenes de los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Fue un hito en el proceso de revisión histórica de ese conflicto y el lugar, especialmente simbólico: las ruinas de la Iglesia de San Nicolás, usada como punto de referencia por los aviones aliados para llevar a cabo el bombardeo de la ciudad en julio de 1943, que causó la muerte de 42 mil civiles y dejó heridos a 37 mil.
La historia oficial mantuvo durante décadas silencio sobre los ataques aliados contra la población civil alemana, hasta que hace poco más de una década comenzó un intenso proceso de revisión con autores británicos como Antony Beevor y Richard Overy. "El mito en Gran Bretaña siempre fue que nosotros atacamos objetivos militares y los alemanes blancos civiles, pero es casi exactamente lo contrario", aseguró el profesor Overy, quien fue asesor del museo de Hamburgo y autor de The Air War and Bomber Command, a la revista The New Observer.
A la revisión realizada por los historiadores británicos se ha sumado también en el último tiempo el trabajo de destacados expertos alemanes. El último capítulo de este proceso de revisionismo es obra de la académica alemana Miriam Gerbhardt, titulado Als die soldaten kamen (Cuando llegaron los soldados) donde asegura que cerca de 900 mil mujeres fueron violadas por las fuerzas aliadas durante su avance hacia Berlín, aunque niega la concepción generalizada de que los ataques sexuales eran obra exclusivamente de soldados soviéticos en su avance desde el este.
Gerbhardt, apunta también a las tropas norteamericanas. Según la historiadora, hubo al menos 190.000 violaciones cometidas por estadounidenses. La cifra, en todo caso, es sólo una estimación a partir del supuesto de que el 5% de los llamados "niños de la guerra", menores nacidos de la relación de mujeres alemanas con soldados aliados, fueron productos de violación. Esto lleva a una cifra de 1.900 niños de padres norteamericanos y si se considera que hay 100 casos de violación por cada nacimiento, se llega a 190.000, señala la revista Der Spiegel.
Cierta o no la cifra, el libro de Gerbhardt reúne gran cantidad de testimonios de primera mano sobre los ataques llevados a cabo por los soldados estadounidenses. "El evento más triste durante el avance fueron tres violaciones, una de una mujer casada, otra de una joven soltera y la tercera, una inocente niña de sólo 16 años y medio. Los cometieron soldados norteamericanos borrachos", escribió el 25 de julio de 1945 un sacerdote de la pequeña localidad cerca de Munich. Otro texto informa sobre la violación de 17 mujeres entre las que había incluso una niña de 7 años.
Además de los testimonios de víctimas que hablan por primera vez, la fuente de información utilizada por Gerbhardt son los registros mantenidos por los sacerdotes en el verano de 1945. Los arzobispados de Munich y Freising le pidieron en la época a todos los párrocos de su arquidiócesis mantener informes sobre el avance de las fuerzas aliadas, parte de los cuales fueron publicados hace algunos años. Muchas de las referencias a las violaciones son breves, pero dramáticas: "Ocho jóvenes violadas, algunas frente a sus padres", escribió el 20 de julio de 1945 el sacerdote Michael Merxmüller.
Para la historiadora alemana, -que tuvo acceso a documentos judiciales que dan cuenta de suicidios de adolescentes tras ser violadas- los ataques sexuales de las tropas aliadas es uno de los temas olvidados de la Segunda Guerra. Pero ni siquiera ahora, 70 años después, "hay ningún reconocimiento público y menos una disculpa", señaló a Der Spiegel.