La paraguaya Leryn Franco llegó a los Juegos Olímpicos con una invitación del COI para participar en el lanzamiento a la jabalina, después de todo es la atleta que posee el récord de su país en la especialidad. Pero la deportista de 26 años en donde menos brilló fue en la prueba.

Franco, quien trabaja de modelo para sustentar su carrera como deportista, terminó en el penúltimo lugar de la competencia (51 de 52 competidoras) sin pena ni gloria. Pero sus tres lanzamientos fueron suficientes para conmocionar a la prensa asistente con su figura y belleza.

Rápidamente, la imagen de la paraguaya luciendo una calzas azules recorrió el mundo y ganó notoriedad. De hecho, a la hora de los balances, son varios los medios europeos y latinoamericanos que la han calificado como la atleta más atractiva de los Juegos.

Pero los periodistas y reporteros gráficos no fueron los únicos que cayeron a los pies de la Franco, la tercera raqueta del Circuito ATP, el serbio Novak Djokovic, con quien se le vio paseando de la mano por la Villa Olímpica.

La "guaraní", de 1,75 metro, 54 kilos y de proporciones perfectas, asistió a todos los partidos del serbio, incluso, se trató con el fisioterapeuta de Djokovic. Eso sí, hasta ahora nadie ha hablado de un romance formal.