Es una final. No hay mejores palabras para describir con fidelidad lo que significa el partido de hoy de la selección chilena frente a Bolivia. Ganar es urgente, la única alternativa válida. Perder está prohibido. Ya no queda margen de error ni cuenta de ahorro. Eso se despilfarró ante Paraguay, en el Monumental. Esta tarde, la Roja está obligada a traerse sí o sí los tres puntos desde los 3.600 metros de La Paz. Una caída sería muy dolorosa y dejaría profundas heridas, prácticamente, incurables.
Lo que está en juego es la mismísima clasificación al Mundial de Rusia 2018. Parecía que estaba a la vuelta de la esquina. Es más, los cálculos optimistas del técnico Juan Antonio Pizzi señalaban que el objetivo se cumplía, precisamente, ante los altiplánicos, en esta fecha doble. Sin embargo, eso no será así. Ahora hay que ganar, no para celebrar la clasificación, sino que para seguir vivos.
Ya no importan el bicampeonato de América, el ranking FIFA o la final de la Copa Confederaciones. Todo quedó atrás. Con el cartel y la camiseta no se vencerá a un equipo que está dolido por el fallo del TAS y que además suele jugarse la vida cuando enfrenta a su vecino país. Lo único que importa es que el equipo se reencuentre con su mejor versión y despliegue el fútbol que lo llevó a triunfar en esas instancias.
Tiene que volver al gol. Alexis Sánchez debe olvidarse de su frustrado traspaso al Manchester City y Arturo Vidal tiene que dejar de pensar que todo el mundo es su enemigo. Sólo así saldrá victoriosa ante el conjunto dirigido por Mauricio Soria. Sólo así seguirá soñando con su tercera Copa del Mundo consecutiva.
En la altura de Calama los jugadores han disfrutado del afecto de la gente, que los ha recibido como campeones. El calor y el viento fresco del desierto han acompañado al plantel desde el sábado, cuando aterrizó proveniente de Santiago. Macanudo ya se decidió por un cambio de esquema: pasará del tradicional 4-3-3 que ha utilizado la Roja en el último tiempo al 4-4-2 que tan conforme lo dejó en la Copa Confederaciones. Paulo Díaz, Pedro Pablo Hernández y Francisco Silva serán las novedades con respecto al duelo anterior, en desmedro de los suspendidos Gonzalo Jara y Charles Aránguiz, ambos por amarillas . Nicolás Castillo irá la banca por decisión técnica.
El futuro de la Selección y del propio Pizzi están en juego. Chile tiene hoy una nueva oportunidad de crecer, venciendo a Bolivia en su casa. No puede perder ni empatar si pretende llegar clasificada a la última fecha cuando visite a Brasil, donde puntuar es difícil. La presión está al máximo. Hoy es el todo o nada. Una nueva final para la Roja.