Es testarudo Martín Vargas. "Más porfiado que mi papá, ninguno", relata su hijo, Martín Adolfo, tras una corta visita al padre (la primera del día), en una de las salas del Hospital Sótero del Río. La descripción apunta a que el ex boxeador no hizo caso a su familia y dejó trunco un tratamiento para terminar con fuertes dolores de cabeza que sufría hace más de un mes.
El viernes, la molestia y la insistencia de sus más cercanos terminaron por convencerlo. Llegó al recinto de asistencia pública y, tras ser examinado, se optó por dejarlo internado. ¿La razón? Una hidrocefalia, anomalía que se provoca por la acumulación excesiva de líquido en el cerebro, producto de alguna obstrucción vascular.
El procedimiento que se le aplicó ayer a quien peleó cuatro veces el título mundial mosca fue un drenaje craneal, con una válvula interna. Según relata el primogénito de Vargas, "el médico nos explicó que salió todo bien y que seguirá con el drenaje durante dos días. No sabemos cuándo le darán el alta, pero estamos tranquilos".
La gran pregunta, eso sí, es por qué se le provocó este trastorno al ex pugilista. La primera teoría, como es lógico, apunta a su pasado en el ring y todos los golpes que recibió en sus casi 14 años de carrera; 16 si se toma en cuenta su regreso a la actividad en 1997.
La primera versión es de Martín Adolfo: "Según el médico, no. O no necesariamente. Lo primero que le pregunté es si esto era por el boxeo, porque es el temor de todos... y me dijo que no debería ser así".
Otros especialistas coinciden con el diagnóstico. Felipe Otaíza, neurocirujano de la Clínica Las Condes, explica que "una hidrocefalia no es una enfermedad de boxeador, porque no es degenerativa, sino que se produce por una complicación aguda, una obstrucción. Los tiempos no calzan, además, porque una hidrocefalia no se produce por una lesión antigua, provocada por golpes de años atrás".
Melchor Lemp, jefe del departamento de neurología y neurocirugía de la Universidad de Chile, apunta que "no necesariamente es un problema provocado por un trauma del boxeo". Como sea, Martín, a sus 59 años, seguirá en observación. Esta nueva pelea todavía no llega a su fin, aunque va ganando.