Del conflicto al despegue. De una crisis que tuvo repercusión más allá de Cataluña, a una racha que dejó lo anterior en el olvido e ilusiona a una institución que tambaleaba, no sólo en lo deportivo.
Lo ocurrido entre Luis Enrique y Lionel Messi tensó al Barcelona. Según contaron los medios locales, el técnico, siendo árbitro en un entrenamiento, no lo cobró una falta al argentino, y estuvieron discutiendo dentro de la cancha varios minutos. Cuando terminó la práctica, el 10 culé fue a buscar al entrenador para pedirle explicaciones. Al partido venidero, frente a la Real Sociedad, Messi fue al banco, destapando la olla. Barcelona perdió 1-0, y los líos comenzaron.
Luego del partido frente al Atlético de Madrid, el mismo atacante transandino habló para la televisión catalana, negando que hubiera pedido la cabeza de Luis Enrique o que quisiera marcharse. "Nunca quise irme, no tengo intención de hacerlo. Acá soy feliz. Que mi papá habló con el Chelsea es mentira. Nunca pedí que echen al entrenador, no lo haría nunca", afirmó Messi.
Incluso, el defensa francés Jeremy Mathieu reconoció la discusión, pese a que los protagonistas lo han negado repetidamente. "Sucedió cuando regresamos de vacaciones. De repente, Leo perdió su compostura después de recibir una falta que no se la pitaron durante el entrenamiento", afirmó el ex zaguero del Valencia.
Las crisis pueden ser tomadas como oportunidades, y Barcelona pudo enmendar lo sucedido, iniciando desde ese entonces una notable racha de triunfos, mejorando su rendimiento. Siete victorias consecutivas son las que levantaron al club que preside Josep María Bartomeu: 5-0 al Elche por la Copa del Rey, 3-1 al Atlético de Madrid, 4-0 al Elche por la vuelta de la Copa, 4-0 sobre Deportivo de La Coruña, 1-0 al Atlético por la Copa, 6-0 nuevamente al Elche, pero por la Liga, más el triunfo de 3-2 a los colchoneros, avanzando a las semifinales de la Copa del Rey.
Tras la victoria de ayer en el Vicente Calderón, al DT culé le consultaron por la notoria mejoría del equipo luego de la bullada caída en San Sebastián. "Lo que nos ha pasado a nosotros les pasa a casi todos los equipos durante una temporada. Hay momentos mejores y peores, y ahora estamos en uno muy bueno, con confianza. Pero el fútbol es caprichoso, da muchas sorpresas y puede cambiar. Al final lo que cuenta es ganar las finales y lograr títulos", remarcó Luis Enrique.
Las divisiones, al parecer, quedaron atrás. Hoy, el Barcelona de Luis Enrique y Lionel Messi juega en la cancha, y no fuera de ella.