Uno de los memes de moda en las redes sociales respecto a la eliminación de Chile al Mundial de Rusia muestra a Arturo Vidal con los brazos en alto pero sin una copa sobre su cabeza, sino con un televisor. Un chiste cruel: hace dos mundiales que la Roja no veía la máxima competencia por la tele. "Ganamos tantas cosas que la gente se acostumbró", dijo el seleccionado Esteban Paredes. La pregunta que los hinchas se hacen es por qué una generación tan exitosa vivió el fracaso aún en plenitud de sus condiciones.
Tras la derrota que dejó al país en el suelo hace una semana, la búsqueda de razones para explicar la caída no se hizo esperar. Uno de los principales argumentos es el estilo de liderazgo que ejerció el entrenador Juan Antonio Pizzi con un grupo de jugadores que en más de una década jugando juntos escaló hasta lo más alto de la historia del fútbol chileno al ganar dos Copas América y clasificar a dos Copas del Mundo y, que en el caso de Alexis, Vidal y Bravo, son estrellas a nivel mundial. No es un camarín fácil, como dijo el DT Jorge Sampaoli antes de mandarse a cambiar; los episodios de indisciplina y exceso de alcohol se habían presentado con los tres técnicos anteriores.
Al DT se le critica ser excesivamente permisivo, lo que se reflejó en las tardes o noches libres que daba antes de los partidos o la falta de reglas. Por ejemplo, después de la inesperada derrota como local con Paraguay del 31 de agosto, la Roja se alojó en Calama antes de viajar al decisivo partido con Bolivia. El hotel se llenó de amigos, familiares y parejas de los futbolistas, y parecía más una fiesta que una concentración de deportistas profesionales para un duelo decisivo. "Esto no es una cárcel", explicó el DT, pero la realidad se fue al otro extremo.
Un ex funcionario de la ANFP cree que el ex DT de la UC equivocó el camino. "Pizzi trató de agradar y no supo controlarlos. Intentó ganárselos 'a la buena' y no era la fórmula. No sólo no supo liderar con sus distintas personalidades, sino que los jugadores tampoco le creyeron en la parte del trabajo. Ellos necesitan ser exigidos, tener un profe como los que tienen en sus clubes en Europa", dice y agrega un capítulo para ejemplificar: en la Copa Centenario Pizzi trató de imponer un esquema en la cancha y, ante los malos resultados de los primeros partidos, los jugadores le pidieron volver a su fórmula anterior. Así ganaron el torneo y el DT perdió el primer "gallito" de muchos.
En cambio, el plantel veía en Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli a dos tipos metódicos, exigentes y trabajólicos hasta extremos impensados: se cuenta que días antes de los partidos Sampaoli no podía dormir por la ansiedad y no era raro verlo trotando a las cuatro de la mañana en las canchas de Juan Pinto Durán.
Un ex dirigente los describe como un curso de séptimo básico que siempre está midiendo al profesor y viendo hasta dónde pueden llegar con él. "Si llega un entrenador buena onda se le van a subir por el chorro. Pero si tienen a un profesor pesado, van a estudiar por miedo. Por eso funcionó perfecto Bielsa. Él ni siquiera les hablaba, tenía a Eduardo Berizzo para eso", dice en relación a la función que cumplía el ayudante del técnico rosarino junto al preparador físico Luis María Bonini.
Ese relato tiene sentido con lo que contó el ex seleccionado Pablo Contreras al medio francés So Foot en julio pasado. Recordó la vez que le dijeron a Bonini que estaban "reventados" con el entrenamiento y querían parar. Él le llevó el mensaje a Bielsa y llegó de vuelta junto al DT. "El profesor me dijo que están cansados. ¿Está cansado?", le preguntó el técnico rosarino a Gonzalo Jara, quien le respondió que estaba bien. "Después me pregunta a mí: 'Pablo, ¿está cansado?'. Yo era el más viejo, estaba fundido y le dije: 'No, Marcelo, estoy impecable'. ¡Nadie estaba cansado! Bonini viene entonces y nos dice 'son unas gallinas, bastardos, cuando viene el hombre se paralizan'".
"Bielsa decía que había que forjar el carácter y para mí el jugador chileno con demasiado tiempo libre no forja su carácter. Nuestro jugador confunde la libertad con libertinaje", opina John Armijo, el preparador técnico de estos jugadores durante el Mundial Sub 20 de Canadá en 2007 y luego parte del staff técnico de Bielsa.
El dirigente dice que cuando dejan sus estrictas rutinas de sus clubes europeos y vienen a jugar por la Selección, algunos jugadores lo toman con el relajo de unas vacaciones, por eso hay que mantenerlos trabajando y motivados con el objetivo principal. "A estos cabros hay que llevarlos con la zanahoria y el garrote, hay que ser entre paternalista y autoritario. Piensa que son los mismos cabros de siempre, pero con la billetera más grande y con más fama".
El mareo
13 octubre de 2015: Chile va a Lima a jugar con Perú. El clima previo al partido es hostil para los chilenos, como es frecuente en el "clásico del Pacífico". Antes del partido, que Chile gana 4 a 3, los hinchas locales pifian el himno nacional. Luego del paso de la Selección por el Estadio Nacional de Lima, en una pared del camarín que ocupó se lee: "Respeto!!! Por aquí pasó el campeón de América!!!". El autor fue Claudio Bravo, con ayuda de Felipe Correa, gerente de selecciones en ese entonces.
3 de enero de 2017: el Arsenal consigue un pobre empate ante el Bournemouth y por enésima vez la prensa inglesa destaca las imágenes de Alexis Sánchez ofuscado y gesticulando contra los errores de sus compañeros de equipo.
23 de marzo de 2017: antes de jugar contra Argentina, Vidal sube a Instagram un video con el reggaeton "Me acostumbré", de Arcángel con Bad Bunny, que en su letra dice: "Ya me acostumbré a siempre ganar como el 23 (...) y a callarle la boca al que no me cree", en alusión a su número de camiseta y, según medios argentinos como Olé o Fox Sports, recordándoles las dos finales que ganó Chile. "Vidal es un buen jugador, pero a mí me saca (me hace enojar)", se quejó el comentarista argentino Sebastián Vignolo.
Para el técnico José Sulantay, quien tuvo a muchos de estos jugadores en el proceso que terminó en el tercer lugar en el Mundial Sub 20 de Canadá, en 2007, esas actitudes reflejaron un exceso de confianza. "Eso de rayar el camarín en Lima o las declaraciones de Vidal agrandaron a los rivales. Después todos nos querían ganar", dice y agrega: "Cuando vi a Alexis gesticulando en contra de sus compañeros dije: 'esto no está nada bien'".
El técnico se reconoce como quien forjó el carácter de estos jugadores. "Yo les metí en la cabeza que éramos capaces de lograr cualquier cosa. Ahí apareció en ellos la idea de que había que ser campeón del mundo", recuerda Sulantay y explica que ese convencimiento fue clave para todo lo que esta generación logró después, pero cree que una cosa es fortalecerse sicológicamente y otra, excederse en esto de creerse el cuento. "En buen chileno: se pasaron para la punta y perdieron el equilibrio", opina el entrenador.
Un ex funcionario de la ANFP agrega que, en este último proceso, no lograron revalidar los éxitos porque "creyeron que iban a ganar con la camiseta y hoy ni Messi lo hace".
Armijo explica que todos los equipos exitosos enfrentan un proceso de desgaste en las convivencias internas y muchos sobrellevan la situación incluyendo nuevos jugadores que entregan nuevos aires al camarín y refuerzan la competencia interna. Algo que en Chile no pasó. "Eso nos fue faltando: un recambio generacional, pero al mismo tiempo una mayor solidez desde la dirección técnica. Habría ayudado para que los jugadores grandes no asumieran presiones adicionales, todo fuera más compartido y, por eso, los jugadores fueran más 'domables'", cree.
El preparador físico cuenta que en el camarín de Bielsa, por ejemplo, Bravo era el líder paternalista, lo que tenía que ver con que era uno de los jugadores más experimentados. En ese rol lo apoyaban otros jugadores con recorrido, como Waldo Ponce o Pablo Contreras, pero cuando ellos dos dejaron la Selección, Bravo se fue quedando solo en ese rol de líder.
La lucha de egos
José Sulantay cuenta que en todas estas décadas como director técnico él siempre ha elegido a los capitanes de sus equipos. Sólo hay una excepción: la Roja sub 20 de Alexis, Vidal y Medel. "En el Sudamericano de Paraguay, Vidal me decía siempre que quería ser el capitán de la Selección. Como estaba inquieto les di la posibilidad de que los compañeros eligieran al capitán mediante una elección", recuerda el DT.
Pero los jugadores eligieron por amplia mayoría a Carlos Carmona, hoy en el Atlanta United de Estados Unidos, y Vidal sólo recibió cuatro votos. "Él siempre ha querido destacar. Anduvo mucho tiempo con la cara larga", recuerda Sulantay, sobre una anécdota que dice mucho de la personalidad del Rey.
"Vidal no es el líder. Es sólo un cabro simpático", dice un ex dirigente y agrega que los verdaderos jefes del camarín de la Roja son otros miembros de la famosa "banda pitillo" –integrada por Vidal, Claudio Bravo, Gary Medel, Mauricio Pinilla, Gonzalo Jara, Jorge Valdivia y Jean Beausejour, siendo estos dos últimos los cabecillas para negociar los premios.
"Bravo tiraba pachotadas, lo mismo que Gary, pero Valdivia y 'el Negro' mandaban y eran los más inteligentes para negociar", cuentan recordando que llegaban a las negociaciones con las tareas hechas: recitaban de memoria una tabla "con los precios de mercado" que recibían otras selecciones como Brasil o Argentina por sus triunfos.
Según informó La Tercera, esta cofradía de "los pitillo" se acabó después de la publicación en Instagram de la esposa de Claudio Bravo luego de la derrota en Brasil, donde habló de jugadores que llegaban borrachos a entrenar. Casi todos abandonaron el grupo de WhatsApp y crearon otro que se llama La Roja sin sapos, en alusión al portero.
¿Alexis? Casi siempre aparece apartado del grupo, "en otra". Casi, porque una excepción fue el 17 de junio de 2015 cuando en plena Copa América Arturo Vidal chocó su Ferrari generando un dilema nacional entre excluirlo o no de la Selección. "Esa mañana, cuando Vidal llega a Juan Pinto Durán, el único que estaba esperándolo en el estacionamiento fue Alexis, que lo abrazó y le dijo que estaban todos con él", recuerda un testigo.
Sin embargo, "hubo un tiempo en la época de Sampaoli en que Vidal y Alexis no se hablaban", agrega. Era un período en que la prensa insistía en compararlos para elegir al mejor entre los dos hablando de sus éxitos, virtudes y de su billetera.
La nueva disputa es entre Arturo Vidal y Claudio Bravo, después de que la esposa del arquero publicara su posteo en Instagram. Al ser consultado sobre eso, el arquero dijo: "Cada uno se ponga el sombrero, los zapatos aprietan siempre, eso cada uno de nosotros lo tiene claro y lo sabe", en vez de apagar el incendio. Y al día siguiente su suegra comentó en un matinal que "todo el mundo sabe que Arturo llegaba 'curao'".
"Que esto crezca como una bola de nieve es peligroso porque estamos entrando en elementos extrafutbolísticos que pasan a ser más importantes que el fútbol. Esto hay que enfriarlo y debe enfocarse sólo en lo futbolístico", opina Armijo sobre el conflicto.
Por su parte, el ex arquero Julio Rodríguez, amigo y formador de Bravo, plantea que este tipo de situaciones no se deben hacer públicas. "Siempre que tuve alguna diferencia con un compañero lo solucioné con él en el camarín o fuera del camarín, pero la solucioné porque estaba en un equipo", opina y agrega que a su juicio "se está exagerando la responsabilidad que tiene Vidal en todo esto. El fracaso no es de un jugador, este es un deporte colectivo".
Para el ex funcionario de Quilín esta situación se va a solucionar y los dos cracks volverán a compartir en la Roja. "Se llevaban bien, si son los dos de Colo-Colo. Al final se van a arreglar", cree y asegura que probablemente Fernando Felicevich y Cristián Ogalde, los poderosos representantes de los jugadores, ya deben estar hablando para solucionar el impasse.
José Sulantay opina que estos jugadores aún tienen mucho que darle al fútbol chileno, pero que no se puede desconocer el paso de los años. "Todas las cosas en la vida se van terminando, es algo natural. Este grupo no está muerto, pero está dando las primeras señales de que su carrera se va a terminar. Es parte del ciclo de la vida", dice.