Tocando las bocinas de sus autos, agitando banderas, caminando tocando cacerolas y tambores al ritmo de cánticos como "¡Libertad, Libertad!" o "Raúl, tirano, llévate a tu hermano". Así, cientos de cubanos de diferentes generaciones, algunos incluso en pijama, se reunieron en la Calle Ocho de Miami -el corazón del exilio cubano- para celebrar la muerte de Fidel Castro, luego de que su hermano, el Presidente Raúl Castro, diera a conocer la noticia en un breve discurso televisado.

"Después de 57 años me siento muy alegre, pero muy triste también, porque hay tantos cubanos muertos", dijo a la agencia The Associated Press (AP) Armando Gutiérrez, un ex combatiente de Bahía de Cochinos de 81 años, que se acercó junto a su esposa para festejar frente al restaurante Versailles, ubicado justamente en la Calle Ocho, que se encontraba cerrada por la policía.

Según el diario Miami Herald, afuera de ese restaurante se puso un equipo de karaoke con el que la multitud cantó el que es considerado el himno del exilio cubano Nuestro día viene llegando, de Willy Chirino. Y al final el aroma de un habano inundó el lugar. El periódico señala que los corchos de botellas de champaña se seguían escuchando hasta después de las 4 de la mañana.

Las manifestaciones de alegría no son una sorpresa, porque de cierta forma Fidel Castro proyectó su sombra sobre la ciudad durante décadas. Muchos cubanos huyeron de la isla a Miami, Tampa, Nueva Jersey y otros lugares tras la llegada al poder de Castro en 1959. Algunos eran leales a Fulgencio Batista, su antecesor, mientras que otros se iban con la esperanza de poder retornar una vez que Fidel fuera derrocado. Según AP, cada fin de año los cubanos de Miami brindaban diciendo: "El próximo año en Cuba". Según el Centro de Investigación Pew, hay dos millones de cubanos en Estados Unidos, 68% de ellos en Florida.

El alcalde de Miami, Tomás Regalado, dijo que "espero que nuestros hermanos latinoamericanos y del resto del mundo entiendan que los cubanos tenemos el derecho de celebrar este día. Que no se critique a los cubanos por celebrar y entiendan lo que esto significa". "No estamos celebrando la muerte de un ser humano, estamos celebrando la muerte de un dictador que hizo mucho daño al pueblo de Cuba", enfatizó Regalado, quien salió de Cuba siendo niño, mediante la llamada Operación Pedro Pan. Su padre era periodista y pasó 20 años preso en la isla.

Según distintos reportes, los autos que circulaban por las calles de La Pequeña Habana hacían sonar sus bocinas y sus ocupantes ondeaban banderas de Cuba en son de celebración.

Yolanda Medina, de 87 años, y su hija con el mismo nombre, de 58, acudieron a la manifestación frente al Versailles. Según cuenta al diario Nuevo Herald, la hija vio las noticias y rápido despertó a su madre para irse a celebrar. Se exiliaron en 1961, luego de que la familia, que inicialmente apoyó a Fidel Castro y su revolución, entendiera que en su país se imponía un gobierno socialista.

"Nos engañó a todos y después nos quitó todo", dijo Yolanda, la madre, cuyo esposo era dueño de una tienda de ropa. "La pasamos bastante mal y mira lo que le hizo a nuestro país. Por eso nunca hemos vuelto". "Se demoró demasiado en morirse. Solo quisiera que mi papá pudiera ver este momento", dijo la hija.

En la ermita de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, se iba a oficiar ayer una misa especial que se iba a transmitir en vivo a Cuba. Además, en la Calle Ocho, a la altura de la 13 Avenida, se realizará un evento el miércoles organizado por el alcalde Regalado.

Por su parte, el senador cubano-estadounidense Marco Rubio señaló ayer que, "desgraciadamente, la muerte de Fidel Castro no significa libertad para los cubanos", ni justicia para los opositores y los "activistas democráticos".

"El dictador ha muerto, pero la dictadura no", manifestó en un comunicado el senador y ex aspirante a la nominación republicana en las pasadas elecciones primarias.

Tenaz opositor al gobierno de la isla desde el Congreso de EE.UU., Rubio, nacido en Miami de padres cubanos, resaltó que la "historia no absolverá a Fidel Castro", sino que "lo recordará como un diabólico, un asesino dictador que infligió miseria y sufrimiento a su propia gente".