A las 10 de la mañana del jueves y durante dos minutos, las sirenas áreas sonarán, el transporte público se detendrá y los habitantes de Israel guardarán silencio. Todo eso en la conmemoración del Día del recuerdo del Holocausto. Se trata de una fecha establecida como feriado en 1959, y que, pese a que ya se cumplen 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, aún conlleva una fuerte carga emotiva, por la muerte de seis millones de judíos, muchos de los cuales son familiares y antepasados de los ciudadanos actuales de Israel.

Pero el dolor del recuerdo de uno de cada cuatro de los sobrevivientes del Holocausto (Shoá) que vive en Israel se incrementa por el hecho de vivir en la pobreza y el abandono. Eso a pesar de que el año pasado el gobierno de Benjamin Netanyahu aprobó un millonario plan para ir en ayuda de esas personas. Una legislación que si bien ha beneficiado a muchos, impuso trabas burocráticas y empeoró la situación de otros.

Isaac Liybeh, de 75 años, originario de Rumania, perdió a sus dos hermanos durante la guerra. Es discapacitado, vive en Jerusalén, pero no recibe ninguna pensión, ya que trabajó como gásfiter independiente. Según el diario Yediot Ahronoth, Liybeh se las arregla con US$ 700 mensuales que recibe de una pensión de vejez y otros beneficios, con lo que tiene que pagar el arriendo de un departamento de un ambiente, donde duerme en una cama plegable, y compra la comida para sobrevivir.

En total hay unos 190.000 sobrevivientes del Holocausto en Israel, con una edad promedio de 85 años. De ellos, 100.000 son sobrevivientes de los guetos y de los campos de concentración, y 90.000 tuvieron que huir de la persecución nazi. Del total, 45.000 recibe menos de US$ 760 mensuales, ingreso que marca la línea de la pobreza israelí, según datos de la Fundación de Beneficencia de Víctimas del Holocausto en Israel.

Hasta 2014, quienes recibían directamente una pensión como sobrevivientes del Holocausto, independiente del tipo de experiencia vivida, eran los llegados a Israel antes de 1953. Los que arribaron después, no tenían los mismos beneficios. La nueva legislación les otorgó a los sobrevivientes gratuidad en los gastos médicos y tratamiento sicológico subsidiado, beneficios que también pueden recibir quienes llegaron después de 1953 siempre que hayan pasado por campos de concentración o guetos.

Luta Brachfeld tenía tres años cuando la Alemania de Hitler invadió su Polonia natal. Recuerda los bombardeos de la Luftwaffe y el suicidio de su abuelo paterno. También el hambre y el hacinamiento en el gueto de Varsovia. Y recuerda cuando huyó con su madre por la nieve, rumbo a la URSS. Hoy esta viuda de 79 años y abuela de tres nietos, que emigró a Israel después de 1953 sigue dando una batalla, pero ahora en los tribunales para que le reconozcan sus derechos de sobreviviente. Debe probar que estuvo en el gueto de Varsovia después de 1940, pero eso es difícil -relata al diario Haaretz- porque su madre nunca le dijo cuándo se fueron de la ciudad y porque "no te daban un certificado cuando escapabas del gueto".