El domingo pasado la ex senadora Hillary Clinton anunció oficialmente su candidatura a las presidenciales del 2016 por el Partido Demócrata, cuando aseguró que "cada día, América necesita un defensor, y yo voy a ser ese defensor".
En su video promocional no aparecen imágenes de Clinton, sino que tomas que denotan diversidad, racial, económica y social.
Por ese motivo te dejamos la postura de la ex secretaria de Estado estadounidense en temas clave del país del norte.
ECONOMÍA
Clinton considera que la creciente inequidad en ingresos y el estancamiento salarial son problemas serios, y el asunto ha sido una constante en muchos de sus declaraciones públicas de este año. Como senadora y posteriormente como candidata a la presidencia en la contienda de 2008, Clinton hizo un llamado a favor de salarios equitativos para las mujeres, el incremento al salario mínimo, la ampliación a la desgravación de impuestos para familias de bajos recursos, el ajuste a las normas tributarias corporativas, la expansión de una licencia con goce de sueldo por situaciones familiares y el acceso para todos a una educación preescolar.
Clinton ha sido cautelosa al evitar caer en un mensaje divisivo, manteniéndose alejada de la retórica más populista que muchos en su partido consideran necesaria. Los discursos pagados que ella ha dado desde que dejó su cargo al frente del Departamento de Estado y su lamento durante una entrevista el verano pasado sobre haber caído en la quiebra en una ocasión generaron críticas de que ella es incapaz de comprender los problemas de la clase trabajadora estadounidense.
REGULACIÓN FINANCIERA
Clinton se haya bajo la presión de los liberales para que vuelva a los planes de incremento tributario para los ricos y el aumento de las regulaciones de Wall Street, en parte con el restablecimiento de una ley de la era de la Depresión que fue derogada por el gobierno de su esposo que separaba la banca comercial de la de inversiones. Clinton no ha tomado una postura sobre esa ley, si bien en 2007 ella propuso incrementar los impuestos para familias cuyos ingresos provengan de negocios de gestión de activos. Ese ingreso es gravado con la tasa de ganancias capitales del 15%. Ha mostrado apoyo a políticas que incrementan impuestos a familias de mayores ingresos, señalando en su discurso de 2010 que "los ricos no están pagando una parte justa".
Los liberales también critican su voto en 2001 a la revisión de bancarrota —respaldado por los bancos— que hubiera dificultado a los consumidores recibir ayuda en sus deudas. Después admitió arrepentirse de su voto. Ha aceptado cientos de millones de dólares en contribuciones de compañías estadounidenses, incluyendo bancos de Wall Street, para sus campañas políticas y su fundación filantrópica, donaciones que mantienen escépticas a personas al interior de su partido.
COMERCIO
Como primera dama, Clinton respaldó el Tratado de Libre Comercio de Norte América, señalando en 1996 que el pacto estaba "demostrando su valía". Pero como candidata presidencial en 2007, dijo que dicho acuerdo era "un error", solicitando un "tiempo fuera comercial" y la designación de un procurador para hacer cumplir los acuerdos actuales antes de acordar nuevos. Sindicatos laborales y activistas liberales están pidiendo a Clinton rechazar la Sociedad Trans-Pacífico, que el gobierno de Obama está negociando. Aun cuando Clinton no se ha manifestado al respecto, definió el acuerdo en términos favorables en su biografía, "Hard Choices" (Decisiones difíciles) al escribir que aún si el pacto "no es perfecto, debería ser benéfico para empresarios y trabajadores estadounidenses".
POLÍTICA EXTERIOR
La política exterior es una de las pocas áreas en las que Clinton no está de acuerdo con el gobierno de Obama. Ha criticado al mandatario por realizar un acercamiento cauteloso a las crisis globales, desestimando su doctrina de "no hagas nada estúpido" al señalar que "no es un principio de organización".
Como secretaria de Estado, Clinton defendió el dar armas a los rebeldes sirios que combatían al presidente Bashar Assad, una sugerencia que no fue tomada en cuenta por la Casa Blanca. Al reconocer durante una entrevista en agosto que no estaba segura de que su recomendación habría cambiado la situación, aseguró que "el no haberlo hecho dejó un gran vacío, que ahora han llenado los yihadistas".
ISRAEL E IRÁN
En las últimas semanas Clinton ha evitado comentar públicamente sobre las relaciones entre Estados Unidos e Israel, que se han tensado tras el discurso del premier Benjamin Netanyahu al Congreso y su posterior reelección. Como senadora de Nueva York mostró respaldo a Israel, pero describió su papel como secretaria de Estado como "la gritadora designada", que molestó a Netanyahu al exigir una inmovilización total a la expansión del asentamiento.
En su biografía dijo que su posición había sido malinterpretada. Expresó un apoyo cauto al acuerdo nuclear de Obama con Irán, aunque recalcó que "deben cuidarse los detalles". Anteriormente ha comentado su escepticismo a que Irán cumpla con cualquier acuerdo logrado con los Estados Unidos.
TEMAS SOCIALES
Clinton ahora es partidaria del matrimonio entre personas del mismo sexo, señalando que su postura ha "evolucionado" tras oponerse a esas uniones como primera dama, senadora y secretaria de Estado. Criticó una ley de Indiana que daría mayor protección a negocios y grupos religiosos que se nieguen a brindar servicios a clientes homosexuales. Está a favor de los derechos de aborto y con frecuencia cita el lema demócrata de que dicho procedimiento debería ser "seguro, legal y poco frecuente".
CAMBIO CLIMÁTICO
Clinton ha descrito el cambio climático como el problema más "urgente, extenso y de mayores consecuencias" que enfrenta el mundo, y en marzo pasado dijo ante estudiantes universitarios que espera "un movimiento masivo" al respecto. Ha prometido proteger "a cualquier precio" las regulaciones ordenadas por el gobierno de Obama que imponen límites federales a la polución por carbono en plantas de energía existentes y futuras. Pero Clinton no se ha pronunciado en lo referente al ducto Keyston XL, que transportaría petróleo desde el oeste de Canadá a las refinerías en la costa del Golfo, señalando que no opinaría en un tema internacional pendiente.