Héctor Tapia salió por una puerta lateral del estadio Elías Figueroa. Una van con su familia lo esperaba a unos tres metros del portón negro del recinto. Al verlo, los camarógrafos y los periodistas se acercaron velozmente, pero de la misma forma se subió al vehículo y emprendió rumbo a Santiago.
No quería atender a los medios. Estaba claro. Aunque su rostro comunicaba bastante. El técnico de Colo Colo estaba destrozado. Luchó todo el campeonato para alcanzar a Universidad de Chile; y cuando lo hizo, fue derrotado por un equipo que sacó provecho de decisiones cuestionables, como la inclusión de Claudio Maldonado de titular, la elección de Sebastián Toro como el primer cambio y el retraso en el ingreso de Esteban Paredes en el segundo tiempo, en el mejor momento de Colo Colo.
Hubo lamentos y llanto en el camarín del Cacique, donde evitaron hablar con los medios de comunicación, prolongando el veto a la prensa decidido tras conocer la sanción contra Julio Barroso.
¿Qué pasará ahora? Los albos se van de vacaciones hasta el 22 de diciembre, día en que deben volver a las prácticas de cara al Torneo de Clausura 2015.
Al igual que el adiestrador, el directorio de Blanco y Negro, encabezado por el presidente Arturo Salah, se fue en silencio del coliseo porteño. Ambos, DT y concesionaria, se reunirán, en un principio, mañana para planificar el próximo año.
Según un colaborador del ex delantero, Tapia quiere cambios, sobre todo en la dirección deportiva, tras la profundización de su quiebre con Juan Gutiérrez.
Pese a que el 2014 fue un año exitoso para el club (de hecho, el equipo fue campeón del Clausura 2013-2014) y en el que se dejó atrás una profunda crisis deportiva, el sabor de boca es bastante amargo, ya que no consiguieron ningún objetivo en este semestre y el torneo estuvo marcado por las polémicas y los conflictos internos.
Finalmente, el entrenador vive sus días tristes en la tienda popular, especialmente porque su apuesta era ganar el bicampeonato y demostrar que, pese a los problemas internos en la institución, sus dirigidos igual podían dar la vuelta olímpica. "El que gane el Superclásico ganará el campeonato", aseguró el DT antes del partido en que venció a la U por 2-0. Su premisa no se cumplió.