Cuando en abril de 2013 se anunció el cierre del Teatro del Puente por falta de recursos, la escena local sufrió un remezón que obligó al gremio a unificar voces. La idea era clara: había que esbozar un proyecto común de subvención estatal permanente para evitar cierres de salas y sumar adeptos. A un año de su formación, la Red de Salas entregó una propuesta detallada a la ministra de Cultura Claudia Barattini.

"Lo hicimos antes de hacerlo público, pues creemos que es la forma de sostener el diálogo con las autoridades", dice Freddy Araya, presidente de la red, en una oficina del GAM que se ha convertido en su centro de operación logística. Junto a él está el resto del directorio: Andrea Pérez de Castro, de Centro Mori; Pamela López, de Teatro UC, Juan Pablo Rosales, de CEAT; y Javier Ibacache, de GAM.

Hasta el 2013, la red concentraba 8 mil butacas de 15 espacios de la Región Metropolitana. En 2014 ascendió a 24 salas y 10 mil butacas, cifra cercana al 50% de las habilitadas para las artes escénicas en Santiago. Este año se sumaron el Teatro Camilo Henríquez, Espacio Casa Rodante,  Nescafé de las Artes, Teatro La Palabra, La Vitrina, Teatro Cinema y Teatro Camino.

"Somos un grupo heterogéneo y ese es un valor", afirma López. "Quizá nuestro primer hito fue la Noche de los Teatros, el 23 de noviembre de 2013", recuerda Araya, "pues nos unimos como gremio para uniformar la oferta teatral". El segundo, cuenta, ocurrió en su segunda versión, el pasado 30 de octubre, cuando presentaron la propuesta para la sostenibilidad de los espacios.

El archivo es, en gran parte, un catastro elaborado en 2013 junto al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes a 32 salas de la Región Metropolitana (de un total de 44), todas con una oferta estable de teatro, danza y circo. En cifras: al año se realizan 7.023 funciones de teatro en Santiago, a las que asisten 609.388 espectadores pagados y 417.440 gratuitos. A pesar del flujo, las salas no logran sostenerse por taquilla ni fondos concursables. Tampoco por aportes privados.

"La subvención es solo el comienzo para sentar las bases de una política que dé sostenibilidad. También se traduce en el desarrollo de planes de acción a largo plazo que incluyan programas de gestión de audiencias y programación", dice Araya. Sin embargo, no está de acuerdo en que la gente no esté yendo al teatro. "Tal vez no en los volúmenes que quisiéramos, pero para aumentarlo debemos mejorar las condiciones. Estamos hablando de un teatro que por ningún motivo debe estar a merced de la dinámica más básica del mercado". Según el documento, 11 salas mantienen deudas entre 3 y 25 millones de pesos. "Es necesaria una subvención que ayude a cubrir los costos operacionales -entre los 3 y 7 millones de pesos mensuales, dependiendo de la sala- incluyendo honorarios de personal y servicios de difusión", dice el actor.

El documento propone subvención permanente,  renovable, no concursable y proporcional a cada espacio -sin contar a los que reciben apoyo fijo, como Matucana 100 y GAM- con al menos dos años de antigüedad. "También variará por el porcentaje anual de programación dedicado al teatro y su personalidad jurídica sin fines de lucro", dice Pérez de Castro.

Pero, ¿cómo comparan  espacios disímiles como GAM con una vitrina experimental como el CEAT? Hace unos días, la red se reunió con David Brownlee, del UK Theatre, organización que agrupa a los teatros del Reino Unido. "Ellos no hacen diferencia entre salas, pues la oferta es capaz de recorrer todos los espacios. En otra escala, han enfrentado los mismos desafíos que tenemos hoy", dice Araya. "Además de contar con apoyo del Estado, tienen un porcentaje asignado de las ventas de la Lotería". El experto quedó sorprendido cuando supo que la venta de alcohol en los teatros chilenos es imposible por un tema de impuestos. "El teatro en el Reino Unido estaría en serios problemas si no se vendiera alcohol", les dijo.

La subvención, por tanto, no cerraría el capítulo. "Per o sería un primer paso. Hay que replantear nuestra programación y centrarnos en las audiencias", dicen. La ministra Barattini, en tanto, señaló esta semana que se comprometerá a llevar al proyecto de ley para la subvención de las salas. Y afirma: "debemos estudiar el diseño de programas de financiamiento no sujetos a concursabilidad destinados al financiamiento de proyectos cuya importancia, envergadura o tiempos de ejecución lo ameriten".