La última prueba antes de enfrentar a Colombia por las Eliminatorias asomaba como una buena posibilidad para que Claudio Borghi sacara conclusiones.

Tras el 3-0, el DT dijo que sacó "buenas y malas", pero parecen ser estas últimas las que dominaron y de forma apabullante sobre las primeras.

En el arco, Pinto tuvo buenas atajadas, pero fue el responsable de un gol y entregó poca seguridad, lo que deja en claro que Claudio Bravo sigue sin un reemplazo ante cualquier eventualidad.

Avanzando en el campo, ahora en la defensa, José Rojas se mostró particularmente impreciso, lo que también genera dudas y la actuación del debutante Carlos Labrín fue para el olvido.

Aunque Borghi lo defendió, el jugador del Palermo jamás se acopló con los otros dos del fondo, se lo llevaron en velocidad repetidas veces y hasta terminó sentado en el suelo ante los amagues de los delanteros ecuatorianos.

Es cierto que tampoco tuvo mucha ayuda, ya que Fernando Meneses poco hizo en la parte defensiva por su banda, y al final se fue reemplazado al no influir en ninguna de las dos áreas.

Además del nivel de Meneses, Mena tampoco aportó en la otra banda y como el juego pasó por las orillas, Medel y Aránguiz perdieron efectividad, lo que hizo ver a Chile muy descompensado.

Como si fuera poco, Alexis Sánchez nunca se acomodó a su lugar como volante, terminó enojado con todos, se pudo ir expulsado y en el segundo tiempo en su lugar habitual, recibió muy poco, ya que Cristóbal Jorquera sigue sin aparecer como el sustituto natural de Matías Fernández.

Finalmente, la delantera se sumó al "desastre". Eduardo Vargas sigue perdido y no aprovecha los momentos que tiene para destacar y Humberto Suazo continúa con una sequía goleadora que es preocupante.

De esta forma Chile se llenó de dudas, no generó alternativas y terminó con un saldo obsolutamente negativo.