La prueba de fuego de la nueva Línea 6

El nuevo servicio del Metro tuvo su primera prueba de fuego hoy en la hora punta de la mañana. Los expertos en transportes percibieron cambios: la mitad de los pasajeros del tren Alameda-Nos descendieron en Lo Valledor para combinar con la Línea 6, por lo que Estación Central (Línea 1) recibió una menor carga de usuarios. En tanto, en Los Leones se apreció un mayor número de usuarios viajando hacia el oriente (Los Dominicos). De todas formas, el flujo no generó colapso ni filas para ingresar a los trenes.

La mayor parte de los viajes se inició en Cerrillos con un flujo normal, pero en cada estación subieron más personas, aunque sin llegar a llenar los vagones.

Metro reportó que durante la operación del jueves pasado viajaron en la línea 46.800 usuarios (entre las 17 y las 23 horas), lo que equivale a 7.800 usuarios por hora. Hoy, la estatal no entregó un balance actualizado sobre los flujos del primer día. La empresa ha proyectado que la Línea 1 baje la cantidad de pasajeros un 15 por ciento, pues quienes viajan desde el sector sur combinarían en Lo Valledor y Los Leones. Y desde el próximo lunes comenzarían a viajar 160 mil pasajeros diariamente, lo que seguirá descongestionando la red.

El director del Directorio del Transporte Público Metropolitano (DTPM), Guillermo Muñoz, sostuvo que se decidió adecuar los despachos de buses del Transantiago para aumentar la frecuencia y trasladar más usuarios desde Maipú a la línea (reforzando los recorridos 113 y 115). Lo mismo ocurrió con comunas como La Pintana o San Miguel. "La idea es que haya más buses vacíos que estén disponibles", dijo.

En tanto, se registraron problemas de funcionamiento en algunas las máquinas de recarga. En la estación Ñuñoa, alrededor de las 9.30 horas los equipos no tenían tarjetas bip! a la venta, ni entregaban vuelto a quienes las cargaban. "Perdimos mucho tiempo", dijo Isabel Herrera, quien trató de pagar con efectivo.

"Hay pesar, porque no hemos recibido ninguna respuesta del Ministerio de Transportes", dijo el alcalde de Cerrillos, Arturo Aguirre, quien denunció que solo tienen un recorrido del Transantiago entre las villas ubicadas al interior de la comuna y la Línea 6.

El edil sostuvo que hay vecinos que deben tomar un colectivo para llegar al Metro (a un precio sobre los $700), pero ahora quieren pagar una tarifa menor, como la de los microbuses. Guillermo Muñoz, director del DTPM, afirmó que están monitoreando la situación: "Queremos ver los patrones de viaje. Cerrillos tiene un servicio que recorre el interior de la comuna (el I 18)".

Metro desplegó gran cantidad de monitores en las máquinas de carga de la tarjeta bip!, una novedad para los pasajeros debutantes en la línea.

Los monitores les enseñaron a cargar su pase con tarjeta de crédito, de débito y efectivo. Algunas personas mayores demoraron más de lo habitual, pues les mostraron todas las funciones de los equipos. La estatal también dispuso de guardias para indicar el sentido de los trenes en los entrepisos y en los andenes. Gabriel Silva, quien llegó a probar el servicio, dijo que "si bien hay señales que indican por dónde bajar o cambiarse de andén, hace falta que dispongan de más gente para que el público no se pierda".

Como cada mañana, fue habitual ver al menos dos filas de personas esperando en los andenes para subir en la Línea 1, lo que lleva a que los trenes circulen repletos entre 7.00 y 9.00. Sin embargo, los viajeros del nuevo servicio pudieron subirse a los vagones rápidamente en Los Leones, pues los trenes registraron una frecuencia de apenas un minuto. Solo algunos pasajeros debieron esperar su turno en los andenes y luego subirse en otros carros. Víctor Durán usó los trenes por primera vez, sostuvo que antes sus viajes demoraban dos horas en microbús y que ahora, aunque cuesta subirse desde la Línea 6 a la 1, "ahorro 20 minutos, lo que es muy bueno".

A través de redes sociales, Metro llamó a no grafitear los nuevos trenes ni las dependencias. Hoy uno de los muros de la estación Estadio Nacional fue rayado por desconocidos, lo que se suma al vidrio que fue marcado en un tren.

Los trabajadores del Metro borraron de inmediato el dibujo. En la nueva línea se pudo apreciar también gran cantidad de aseadores para evitar la acumulación de basura que dejan algunos pasajeros. "Hay gente que no respeta nada. Pedimos que esto se cuide porque las personas que pagamos queremos tener un servicio digno y limpio", dijo María Bastías, usuaria del servicio.