La noche final de Viña 2015 partió con el esperado show anglo del certamen. El británico Cat Stevens subió por primera vez a la Quinta Vergara. Con una camiseta, chaqueta negra y zapatllas, el destacado músico fue ovacionado desde su ingreso. Canciones como Sad Lisa y Sitting cautivaron al monstruo.

Uno de los momentos más emotivos se vivió durante el tema Maybe There's a World, el que concluyó con un cover de Los Beatles, el éxito All yoou need is love, coreado a todo pulmón por el público familiar y adulto que llegó al recinto.

Más tarde, el clásico Moonshadow, así como Morning has broken, se robaron los gritos más potentes del público, quienes entonaron los temas junto al artista de 66 años.

Con un setlist de acotadas 25 canciones, el momento más intenso de la noche se dio con el clásico Father & Son, antes de cerrar con Peace Train. 

Lo que exigió y no exigió

Para la prensa, las indicaciones eran estrictas: solo quienes contaban con un pase especial, debían llegar a la carpa de prensa hasta las 21.15 horas para ser trasladados en masa 15 minutos después hasta el palco de prensa. Una vez en él, solo las cámaras oficiales podrían captar las dos primeras canciones, así como la entrega de gaviotas. Prohibidas las fotos y grabaciones con celulares.

A pesar de la rigurosidad, la producción no fue quien pidió a la estupenda Carolina de Moras que tapara su escote. Aún así, señalaron fuentes cercanas a la animadora, de Moras decidió aparecer con una gaza negra para subir a la Quinta durante el show, respetando la religión de Stevens, convertido al islam desde fines de los 70 con el que adoptó el nombre de Yusuf Islam.