Antes de comenzar el segundo semestre del fútbol chileno, Universidad de Chile ya fue eliminada de Copa Chile. El triunfo por 4-0 de Magallanes ante Santiago Morning, dejó sin octavos de final a los azules.
Cristián Romero fue el técnico interino que se hizo cargo del primer equipo tras el despido de Marco Antonio Figueroa en enero pasado. El cambio de técnico se produjo debido a los malos resultados del ex UC y a sus problemas con el plantel, completando apenas seis meses en la banca universitaria.
Un semestre nefasto
El proceso de "Relojito" Romero comenzó de buena manera con un 5-0 frente a Ñublense en el Clausura y con la clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores. Fue en el partido de vuelta ante Guaraní de Paraguay, que Universidad de Chile se convirtió en el único equipo chileno en ganar en todos los países de la Conmebol. Los hinchas tenían derecho a ilusionarse.
El 5-1 propinado por Cruzeiro a la "U" en el certamen internacional fue el inicio del descenso en el rendimiento de los laicos. Un empate ante Unión Española y la derrota frente a O'Higgins fueron sepultando poco a poco la ilusión azul por levantar la copa del torneo nacional.
La última gran alegría de la era Romero fue el 23 de marzo pasado cuando vencieron a Universidad Católica en San Carlos de Apoquindo por 3-0. De ahí en más, la "U" solo sumo amarguras, perdiendo el clásico frente a Colo Colo, sufriendo la eliminación en Copa Libertadores, acumulando una seguidilla de 10 partidos sin conocer victorias y terminando en en lugar 12° del Clausura.
Sobrepoblación en el plantel
La plantilla de Universidad de Chile cuenta con más de 30 jugadores, lo que produjo en algunos casos una sobrepoblación en algunas posiciones específicas. En mediocampo, la "U" contó con Juan Rodrigo Rojas, Ramón Fernández, Gustavo Lorenzetti, Sebastián Martínez, Bryan Cortés y Roberto Cereceda, entre otros, lo que resultó en constantes cambios de alineaciones del técnico. Algo similar ocurrió en delantera con más de siete jugadores para el puesto.
Ocho eran los extranjeros que militaban en el club, una tasa alta para un equipo chileno. Incluso, Universidad de Chile pagó altas sumas de dinero por jugadores que no cumplieron con las expectativas como Rodrigo Mora y Matías Caruzzo.
La dirigencia de Azul Azul siempre hizo énfasis en que la estadía de Romero en la banca universitaria era temporal. Conversaciones públicas sobre posibles técnicos y la insistencia en la condición de "interino" de "Relojito", dejaron al técnico sin esperanzas de tomar el primer equipo de manera permanente.
Las nulas garantías de la dirigencia se sumaron al poco entusiasmo de Romero a la hora de dirigir los partidos. Sus declaraciones tras cada encuentro desconcertaban a los hinchas al no proponer objetivos claros y expresar conformismo después de las derrotas.
"Tener más de 30 jugadores es un disparate", declaró Lasarte acerca del actual plantel universitario, por lo que la reducción de jugadores será una de sus primeras tareas al asumir el banco azul.
El uruguayo quiere incidir directamente en la elección de refuerzos, opción que no tuvo ni Figueroa ni Romero al momento de asumir. El conocimiento del medio y la experiencia en Universidad Católica ayudarían a "Machete" esta decisión.
Otra tarea futura para Lasarte es la búsqueda y consolidación de referentes al interior del equipo. Johnny Herrera y José Rojas son los jugadores que más voz tienen dentro del camarín, por lo que el nuevo DT buscará reafirmar su condición de referentes.
"Tenemos que construir un plantel apoyado en jugadores que tengan más recorrido en el club, algunos juveniles y jugadores nuevos que lleguen al club", dijo Lasarte, apuntando a la cantera azul y la experiencia del plantel.