La receta de Jürgen Klinsmann en Norteamérica
Con Estados Unidos ya obtuvo una Copa de Oro y alcanzó los octavos de final en Brasil 2014.
Frontales, ofensivos y de buen trato de balón. Así suelen ser los equipos dirigidos por el ex delantero alemán Jürgen Klinsmann. Además, el técnico de la selección estadounidense procura que dentro de sus planteles convivan jugadores experimentados que vayan guiando a los más jóvenes. Así lo demostró estando al mando del combinado bávaro, cuando hizo compartir en cancha a un novel Philipp Lham con un Miroslav Klose que ya acumulaba un importante recorrido.
Y así continúa haciéndolo en su experiencia como DT del team norteamericano, donde futbolistas consolidados, como Clint Dempsey, alternan y comparten nominaciones con promesas de la talla de Julian Green. En sus tres años a cargo del equipo de Estados Unidos, Klinsi se ha encargado de que esa coexistencia generacional empiece a convertirse en una especie de tradición. Y sus pupilos se dan cuenta de aquello (Ver entrevista).
Pero su travesía como estratega aún está lejos de igualar los pergaminos que consiguió como jugador. Recordado como uno de los mejores delanteros de la década de los 90, la estela que Klinsmann dejó en los aficionados alemanes (y también entre los fanáticos del Tottenham Hotspur inglés), difícilmente desaparezca.
Con 47 goles con la camiseta teutona, y con el recuerdo del dorsal número 18 en la espalda, Klinsmann se ubica en el tercer lugar de la tabla de goleadores históricos de Alemania, sólo detrás de Gerd Müller (68 tantos) y Miroslav Klose (58). Pero su vínculo con Las Águilas se fortalece todavía más al repasar las actuaciones del artillero en Mundiales: participó en tres (1990-1994 y 1998), anotó 11 goles en total y levantó la Copa del Mundo en su primera incursión.
A nivel de clubes, el germano brilló sobre todo en sus travesías por Italia, donde vistió la camiseta del Inter de Milán, y en su propio país natal, tras calzarse la camiseta del Bayern Munich.
Sin embargo, y pese a no lograr ningún trofeo, en su breve paso por Inglaterra, que duró solamente una temporada, también dejó huella. Tras un comienzo dubitativo con el Tottenham Hotspur, donde tanto fanáticos como periodistas criticaron su incorporación al equipo, el delantero terminó siendo escogido como el mejor jugador del fútbol británico en 1995.
Pero como toda historia, la aventura de Jürgen Klinsmann como jugador llegó a su fin. En 1998, y tras disputar su tercer Mundial, el delantero decidió dejar la actividad. Aunque momentáneamente, porque sólo seis años más tarde volvería al fútbol. Esta vez como entrenador.
El combinado alemán primero -con el que consiguió el tercer lugar en la Copa del Mundo de 2006- y el Bayern Munich después, dieron inicio a su nueva faceta futbolística.
Pero es con el seleccionado estadounidense con el que la leyenda germana, hijo de un panadero, ha vivido su mejor época como DT. Ya logró la Copa de Oro de 2013, y ahora se prepara para la edición de este año, en la que los norteamericanos serán anfitriones.
Protagonista
Con ese escenario, Chile aparece como el primer apretón del año para un seleccionado que se alista para ser protagonista del principal trofeo de la Concacaf. Hasta ahora, a Klinsmann lo respalda el título en la última edición del torneo, así como la correcta actuación del equipo en la cita planetaria en Brasil del año pasado.
Es el presente de quien fuera un genio dentro de la cancha y que ahora busca hacerse un nombre al borde de ella. De un entrenador que no dudó en marginar de la selección a Landon Donovan y de criticar a la MLS. Es quien pretende motivar a todo un país con su fútbol.
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