Hace 16 años, Matías Anguita era obeso. Pesaba 96 kilos, comía chatarra y fumaba más de 40 cigarros al día.  Hoy es ultramaratonista y el primer deportista en cruzar Chile corriendo, una mezcla de fortaleza mental y condiciones físicas, pero sobre todo, de una rigurosa pauta de entrenamiento.

Según el traumatólogo y director del Centro de Medicina del Deporte de Clínica Las Condes, Fernando Radice, el factor clave de Anguita es el entrenamiento. "Realiza evaluaciones y controles periódicos, es muy estricto en la suplementación y nutrición según sus cargas de trabajo, tiempos de descanso y planificación de ciclos de entrenamiento", dice el experto.

José Antonio Alemparte, traumatólogo de la Clínica Santa María y también maratonista, destaca que Anguita corre todos los días 30 km. "Es extraordinariamente sano, con buena calidad muscular, de cartílagos, huesos y tendones. Acostumbró su cuerpo a correr grandes distancias", lo que se traduce en un menor tiempo de recuperación de su organismo. "El hueso y los músculos que tienes hoy no son los mismos de la semana pasada, porque se van regenerando. En Anguita la velocidad de reconstrucción es igual a la de desgaste, por lo que requiere poco descanso y no necesita parar entre una carrera y otra", cuenta.

"Su entrenamiento potencia el trabajo aeróbico, de baja carga y tiempos prolongados, que hace que las fibras musculares adquieran mayor resistencia, mejoren su eficiencia para usar la energía y eliminar el ácido láctico", dice Catalina Nazal, kinesióloga de Uno Kine.

Todas, características a las que además añade un gran vigor mental.