Jefferson Castillo iba en plena ruta hacia Puerto Montt, para sumarse a la pretemporada de su actual equipo, cuando una llamada de su esposa lo alertó de la tragedia que se estaba desatando en el sector Laguna Verde, de Valparaíso. Allí residen sus padres y su hermano Bryan, quien también jugó en las divisiones inferiores de Santiago Wanderers y dejó el profesionalismo hace dos años, cuando terminó su vínculo con Iberia. "Había salido temprano desde Valparaíso y ya iba en Temuco cuando supe lo que estaba pasando. Me contacté con mi hermano y con unos amigos, quienes me dijeron que me fuera tranquilo, que ya no había nada que hacer", relata a La Tercera.
El incendio había destruido por completo la vivienda familiar. Se llevó los pocos recuerdos que quedaban de su carrera. "Fueron más cosas de Bryan, porque las mías ya me las había llevado a Puerto Montt", agrega. Sus padres tuvieron que soportar directamente la tragedia. La familia completa tuvo que reacomodarse en el departamento de uno de los hermanos. Desde allí, llegó el mensaje tranquilizador para Jefferson. "Me dijeron que estaban bien y que me quedara tranquilo. Que trabajando desde acá podía ayudar más. En Valparaíso sería uno más, poco aporte. Gamadiel (García, presidente del Sifup) me decía que esto me tiene que servir como motivación para estar vigente. Que con buenas actuaciones puedo ayudar a levantar anímicamente a mi familia. Y tiene mucha razón", añade.
Aunque Castillo ya no forma parte del club, Wanderers no dudó en contactar a su familia para prestarle ayuda. Hoy, a las 19 horas, en el auditorio del cerro Barón, se realizará un evento benéfico para ayudar económicamente a la familia. Lo mismo realizó con los parientes de los juveniles Dilan, Sergio y Franco Astudillo. Primero se realizó un catastro para determinar las necesidades y luego se les entregaron frazadas, colchones, ropa y otros elementos de primera necesidad. También alimentos.
A nivel general, la entidad también se ha integrado a las redes de colaboración. Inmediatamente, se contactó con el alcalde Jorge Sharp para facilitar la sede y una tienda que el club mantiene en el sector céntrico del puerto para que fueran utilizados como centros de acopio de las colaboraciones que llegan desde todo el país. En lo inmediato, también se abocaron a la entretención de las víctimas. Ayer, por ejemplo, pudieron ver el entrenamiento en el estadio Elías Figueroa Brander y fotografiarse con los jugadores, gracias a una coordinación con el IND.
"Wanderers es Valparaíso y Valparaíso es Wanderers. No podemos marginarnos en una situación como ésta. Ayudamos porque nos nace, porque es nuestra gente. En 2014 aprendimos que podemos colaborar de distintas formas. Y que, sobre todo para los niños, una pelota o poder conocer a los jugadores ayuda bastante para que olviden, de alguna forma, lo que les tocó vivir", apunta Felipe Sepúlveda, gerente comercial del club.
Además, evalúan otras estrategias, como realizar algún partido benéfico o, como en 2014, destinar parte de la recaudación de alguno de los encuentros para ir al rescate de los afectados. En la reconstrucción de Valparaíso ayudan todos.