La llamaron "Reina del Pacífico" porque por años manejó rutas marítimas a su antojo para ingresar cocaína desde Colombia a Estados Unidos. Fue esa su época de gloria, en la que inspiró narco-corridos, libros y guiones de populares telenovelas. Conquistó además a grandes capos del narcotráfico mexicano y también a comandantes de la policía. Era vanidosa, coqueta y amaba los lujos (se le incautaron 179 joyas tras su detención) y siempre se le podía ver en los grandes festejos de los narcos.
La vida de Sandra Avila Beltrán, de 54 años, era como una ficción, hasta que cayó en prisión el 28 de febrero de 2007, junto a su ex pareja, el colombiano Juan Diego Espinosa, alias El Tigre, en Ciudad de México, acusada de introducir al país más de nueve toneladas de cocaína.
La "Reina del Pacífico" dejó la cárcel del estado Nayarit, al noroeste de México, luego que un tribunal la dejara en libertad tras revocarle la última sentencia que le quedaba por cumplir. Ya no es la misma femme fatale del narco mexicano: su tiempo en prisión la envejeció y su pelo ahora luce canoso y descuidado.
Fue su extenso conocimiento sobre cómo funcionaban las grandes bandas de narcotraficantes lo que llevó a que las autoridades mexicanas y la agencia anti narcóticos estadounidense (DEA) la persiguieran por años. Y también porque año tras año fue creciendo un mito sobre su figura que caló hondo en la cultura popular mexicana.
Su apodo quedó inmortalizado, por ejemplo, en el corrido "Fiesta en la Sierra", que intrepretan Los Tucanes de Tijuana, uno de los conjuntos musicales más populares de México. También se considera la inspiración de la protagonista de la exitosa novela "La Reina del Sur" del escritor español Arturo Pérez-Reverte, aunque a diferencia del personaje de este libro, no era jefa de una banda, sino que sólo servía de enlace entre Colombia y México. Como ella misma dijo, era una "comerciante", aunque no de "casas y ropa" como declaró sonriente el día en que la detuvieron, sino que de los cargamentos de cocaína que con mucha habilidad administraba vía marítima, desde Colombia a México y que le dieron su fama de Reina del Pacífico.
Por lo mismo fue presentada como una de las piezas clave para desbaratar el narcotráfico entre Colombia y Estados Unidos.
Avila siempre formó parte del mundo del narcotráfico. Nació en 1960 en el estado mexicano de Baja California. Es sobrina de Miguel Angel Félix Gallardo, considerado como "el jefe de los jefes" de los narcos mexicanos de los años 80, por lo que creció rodeada de legendarios narcotraficantes, como el líder del cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, más conocido como "El Chapo".
Estuvo casada dos veces, pero sus esposos tuvieron muertes trágicas. Primero fue el comandante de la Policía Judicial Federal, José Luis Fuentes, quien fue asesinado y luego Rodolfo López Amavizca, comandante del desaparecido Instituto Nacional para el Combate a las Drogas, quien fue apuñalado cuando estaba ingresado por una infección grave en un hospital, aunque se cree que para ese entonces, la "Reina", ya estaba emparejada y trabajando para "El Tigre".
"Vivo entre dos fuegos: el gobierno, que me sacrifica a su política, y el narcotráfico, que me destruye con la muerte de personas que son mi vida, yo misma", aseguró dijo en una entrevista que dio en 2008 desde la cárcel.
Avila Beltrán pasó cinco años en cárceles mexicanas. Pero en agosto de 2012, fue extraditada a EE.UU. acusada de conspirar para importar y distribuir cocaína.
Los cargos pudieron llevarla a la cadena perpetua, pero se diluyeron y tras negociar con la fiscal, sólo se le declaró culpable de haber asesorado a "El Tigre", que era considerado el nexo entre el cartel de Sinaloa y el narcotráfico colombiano.
A su condena de 70 meses se le descontó el tiempo transcurrido en penales y en agosto de 2013 ya estaba de vuelta en su tierra natal, México.
El viernes, un tribunal admitió su último recurso contra una sentencia por lavado de dinero al considerar que ya fue juzgada por ese delito, tanto en México como en el extranjero. Así, la "Reina del Pacífico" recuperó su libertad.