"París se tiene que adaptar al auto", aseguró en 1967, el entonces primer ministro de Francia, George Pompidou, al inaugurar una carretera junto al río Sena.

El proyecto era parte de un plan más amplio para construir vías de alta velocidad que cruzaran la capital francesa, pues se tenía la certeza de que ese sería el mejor camino hacia la modernidad.

Pero para 2016, uno de los planes de la ciudad más visitada del mundo, será recuperar las orillas del emblemático río, para devolvérselas a los peatones (revisa la galería AQUÍ).

Hasta ahora, se había prohibido el tránsito de automóviles por una gran franja en el lado izquierdo,  entre el Puente Real (frente al Louvre) y Notre Dame.

Pero esta semana, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, anunció un plan para que la orilla derecha del río Sena, entre la Plaza de la Bastilla y la Torre Eiffel, sea nuevamente para los peatones.

El río Sena, en el centro de la capital francesa, estará para el verano de 2016 libre de motores.

"Es un proyecto urbano, casi filosófico, que consiste en ver la ciudad en otra forma más que a través del uso de autos", aseguró la alcaldesa al presentar el proyecto.

El espacio libre será suficiente para crear un amplio paseo por la orilla del río que estará, según los planes, cubierto por la sombra de los árboles y que tendrá espacio para poner juegos infantiles, instalaciones deportivas, ciclovías, cafés y todo tipo de espacios recreativos.

Las autoridades parisinas creen que las bicicletas municipales, que han sido un éxito al igual que en grandes urbes como Madrid y Barcelona, serán buenas aliadas para que los turistas y los propios parisinos recorran la principal arteria de la capital.

En total serán 3,3 kilómetros de una orilla verde que servirá también para reducir la contaminación, con un costo de US$ 9 millones. Además, este proyecto ayudará al plan de la capital francesa para reducir en un 75% sus emisiones de gases de efecto invernadero.