Brendan Eich renunció sólo 10 días después de su nombramiento como CEO de Mozilla a raíz de una controversia que estalló en internet.
El motivo fue su donación de mil dólares en 2008 a una campaña que apoyaba la Proposición 8, una medida electoral de California que prohibía el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero que luego fue anulada por la Corte Suprema.
Cuando el apoyo de Eich a la proposición se hizo público, hace un par de años, provocó críticas en Twitter, pero luego el tema se calmó. En aquel momento Eich argumentó que Mozilla tenía que mantenerse enfocado en su misión y no permitir que las opiniones personales entorpecieran sus operaciones.
Pero con su ascenso de jefe tecnológico a director ejecutivo de la empresa (CEO) la semana pasada, el tema resurgió. "Estoy de acuerdo con la gente que dice que no es algo privado, pero es personal", dijo Eich sobre la donación en una entrevista el miércoles, antes de su renuncia. "Pero el principio que he seguido y que aparece en nuestro código de conducta en Mozilla es dejar fuera de la oficina todo lo que no sea fundamental para nuestra misión".
Ya era tarde. La indignación entre los trabajadores había invadido el ciberespacio. Varios empleados pidieron su renuncia por Twitter: "Soy empleada de Mozilla y no puedo aceptar el tener a Brendan Eich como CEO y mantener nuestra cultura y misión en la organización", escribió en su cuenta Sydney Moyer. "Soy empleada de Mozilla y pido la dimisión de Brendan Eich como CEO", tuiteó otra.
Pero el acto más perjudicial de la protesta llegó a través de sitio de citas OkCupid. Los usuarios que entraban al sitio usando el navegador de la empresa eran recibidos con un mensaje: "El nuevo CEO de Mozilla, Brendan Eich, se opone a los derechos igualitarios de las parejas homosexuales (...) Por lo tanto, preferiríamos que nuestros usuarios no utilicen programas de Mozilla para acceder a OkCupid".
La presidenta de Mozilla, Mitchell Baker, se hizo eco y pidió disculpas. "No hemos podido escuchar, involucrarnos y ser guiados por nuestra comunidad", escribió en su blog.
"Mozilla se enorgullece de sus estándares y la semana pasada no estuvo a la altura de ellos", agregó tras la renuncia de Eich. "Sabemos por qué las personas están dolidas y enojadas, y tienen razón: es porque no hemos sido fieles a nosotros mismos".
Eich también renunció a su puesto en la junta directiva de la Fundación Mozilla, la organización sin fines de lucro propietaria de Mozilla Corporation, que sí tiene fines de lucro.
Mucha otra gente se ha preguntado por qué la opinión de Eich sobre el matrimonio gay puede tener algo que ver con su capacidad para dirigir una empresa de software. Después de todo, parecía idóneo para ello dado su historial como un cofundador de Mozilla y creador de JavaScript, un lenguaje de programación muy popular.
Los críticos dicen que en momentos en que Mozilla está luchando por adaptarse a un mundo dominado por los teléfonos inteligentes y otros dispositivos móviles, no puede darse el lujo de perder a un talento como Eich. Y argumentan que obligar a un jefe a dimitir por sus creencias es un precedente peligroso que indica que hay una obsesión por lo políticamente correcto.
Pero las opiniones personales y el trabajo parecen imposibles de separar en Silicon Valley, donde la competencia es despiadada y las empresas no sólo fabrican programas, sino que además tienen una "visión", a veces mesiánica. Mozilla siempre se enorgulleció de su inclusión y diversidad.
Como dice con bastante ironía el periodista de la revista Slate, Will Oremus, en su artículo titulado "Si estás en contra del casamiento gay, eres un mal CEO":
"Hubo una época en la que apoyar el matrimonio gay te convertía en un radical. Luego hubo un momento en que te hacía progresista. Ahora hemos llegado a un punto donde no apoyar el matrimonio gay te hace no apto para dirigir una importante empresa de Silicon Valley", escribió.