El segundo país más grande de Africa, la República Democrática del Congo, que durante más de dos décadas fue conocido como Zaire, está en una condición de permanente peligro, crisis y una guerra interna. No por nada los conflictos que se registran en el país desde 1998 han dejado más de seis millones de muertos y entre estos se cuentan dos expertos de Naciones Unidas, la sueco-chilena Zaida Catalán y el estadounidense Michael Sharp, asesinados este mes.
Los dos funcionarios de la ONU habían desparecido el 12 de marzo junto a otros cuatro congoleños mientras investigaban la violencia que golpea a varias regiones del sur del país, en la provincia de Kasai Central. Catalán y Sharp formaban parte del grupo de expertos para vigilar el cumplimiento de las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad del organismo mundial a la República Democrática del Congo.
Quien podría estar detrás de la muerte de los funcionarios internacionales es la milicia Kamuina Nsapu. Se trata de un grupo armado que redobló sus acciones violentas luego de que las tropas gubernamentales mataran en agosto pasado a su líder, Kamuina Nsapu, a quien debe el nombre de la guerrilla. Nsapu no reconocía la autoridad del gobierno de Kinshasa en sus dominios.
A raíz del recrudecimiento de la violencia unas 400 personas han muerto y unas 200.000 han tenido que abandonar sus casas, según Naciones Unidas.
Pero así como esta, son varias las milicias que se mantienen activas en buena parte del territorio de la República Democrática del Congo, un país que fue colonia belga y es tan inestable y volátil en la misma proporción de su riqueza de recursos minerales. Es el mayor productor mundial de cobalto y uno de los mayores de cobre y diamantes.
Desde 1999 la ONU tiene desplegada una misión de estabilización en el país, Monusco. Se trata de la misión más grande y costosa del organismo, con casi 20 mil uniformados (la misión de la ONU en Haití tiene unos 2.400 efectivos). Sin embargo, el Consejo de Seguridad de la ONU votaría hoy por unanimidad reducir en un 7% el contingente, es decir, pasaría de 19.815 a 18.316 el número de sus efectivos. Eso a pesar de que el secretario general del organismo, Antonio Guterres, había pedido hace poco al consejo el envío de 300 policías suplementarios.
En medio de los combates de las diversas facciones armadas, el país se encuentra hundido en una grave crisis política. Eso debido a los intentos del actual Presidente Joseph Kabila de mantenerse en el poder, pese a que ya completó los dos períodos que permite la Constitución.
Deberían haberse celebrado nuevas elecciones en diciembre pasado. Las autoridades las pospusieron indefinidamente con el argumento de que había deficiencias en el censo de los votantes. Un acuerdo firmado entre el gobierno y la oposición determinó que Kabila deberá dejar el poder en diciembre próximo, cuando se celebren nuevos comicios. Pero discrepancias por la designación de un primer ministro interino podría ahogar ese pacto político.
La República Democrática del Congo ha tenido cuatro Presidentes desde su independencia, en 1960. Joseph Kasavubu, quien fue derrocado por Mobutu Sese Seko en 1965. Mobutu fue desbancado por el líder miliciano Laurent-Desiré Kabila en 1997. Sin embargo, cuatro años después, Kabila fue asesinado y asumió en su reemplazo su hijo, Joseph.