"Siempre tuvo respeto con Uruguay". Ésas eran las palabras de un conciliador José "Pepe" Mujica para referirse a Sebastián Piñera en medio del discurso con que introducía a Alejandro Guillier en su cierre de campaña en pleno centro de Santiago.

El tono de Mujica fue en todo momento cuidadoso con Piñera, en línea con sus declaraciones durante la jornada. "No son conscientes de que se dan un lujo de tener una elección entre ciudadanos calificados", había afirmado previamente.

Y aunque el líder uruguayo tuvo una ajetreada agenda que incluyó encuentros con Beatriz Sánchez y con la presidenta Michelle Bachelet en el palacio de La Moneda, un contacto se mantuvo en reserva: una llamada entre él y Piñera, en horas de la tarde y previa al acto final de Guillier.

En el entorno del candidato de Chile Vamos recuerdan que ambos tuvieron una buena relación como presidentes, compartiendo en cumbres y en un largo viaje a la Antártica. Y que Mujica se había referido a él en términos afectuosos.

"Piñera no es tan de derecha. No es un facho. Es un capitalista, conservador, pero tiene claro que a la gente hay que darle asistencia. En Chile hay un 30% de derecha, derecha, derecha. En Uruguay, nunca entró tanto la dictadura como allá. Pero él no está dentro de ese 30%. Me siento cómodo conversando con él, por más que esté en la vereda del frente", señala Mujica en el libro "Una oveja negra al poder", publicado en su país en 2015.

La llamada también tenía como objetivo, según el piñerismo, hacer "control de daños" en una jornada compleja. Por eso, valoraron lo que consideraron como gestos personales de Pepe Mujica al ex mandatario, más allá de su respaldo a Guillier.