Concluyó el año 2013 alejado de los mejores. Se rumoreó entonces que su reinado había terminado para siempre, que el ocaso de su carrera deportiva no había hecho más que empezar. Una temporada aciaga, marcada por las lesiones y la falta de regularidad en su juego, lastraron su rendimiento. Algo impropio en un tenista acostumbrado a funcionar con la misma precisión que un reloj suizo.
Desde el sexto puesto del circuito ATP, Roger Federer emprendió en 2014 su particular reconquista. En el primer Grand Slam de la temporada, sin embargo, no consiguió pasar de semifinales. Rafa Nadal fue su verdugo en el Abierto de Australia, penalizándole con la pérdida de dos nuevas posiciones en el ranking mundial y obligándole a ceder el testigo de mejor tenista suizo a su compatriota Stanislas Wawrinka. Un nuevo revés para el deportista helvético. Es decir, otro espejismo. Pues Roger comenzó a recuperar sensaciones en Dubai, torneo que se adjudicó tras derrotar a Tomas Berdych en una final muy equilibrada, y que permitió al genio de Basilea superar, con 78 títulos, el registro del mítico John McEnroe.
La recuperación de Federer terminó de advertirse en Indian Wells. En la cita californiana, el tenista se plantó en la final sin ceder ni un solo set a sus adversarios. Pero allí se encontró con Novak Djokovic, ante quien claudicó en una vistosa contienda. El número uno del mundo fue también un muro infranqueable para el suizo sobre la hierba de Wimbledon. En el torneo favorito de Federer (quien cuenta en su haber con siete coronas del major británico), Nole necesitó más de cuatro horas para doblegar a su oponente, que volvió a ofrecer una formidable imagen.
Roger Federer, el hombre que ostenta el récord absoluto de semanas al frente del circuito (302, tras pulverizar las 286 de Pete Sampras), encaró la segunda mitad de 2014 con un subcampeonato en el Masters 1.000 de Canadá y con un triunfo en Cincinnati, antes de caer en las semifinales del Abierto de Estados Unidos ante el croata Marin Cilic, quien finalmente se adjudicaría el torneo.
La resurrección definitiva del tenista de Basilea se produciría en el Masters 1.000 de Shanghai, en donde Federer recuperaría el segundo lugar del ranking ATP tras deshacerse de Djokovic en semifinales, y sepultar a Gilles Simon en la última instancia.
El 16 de noviembre, tras lograr acceder a la final del Torneo de Maestros arrastrando importantes molestias musculares en la espalda, Roger decide renunciar a pelear por el título ante Djokovic, con la vista puesta en el inminente desenlace de la Copa Davis. Así, tan solo siete días después de su retiro del Masters, y ante un combativo Richard Gasquet, conquista con autoridad el punto decisivo en la final de la Copa Davis, para entregar a su país la primera "ensaladera" de su historia, el único título que faltaba en el brillante palmarés de Federer.
Lo habían dado por muerto, pero no muere quien es eterno.