Fue una mezcla de emoción, alegría y revancha. Una de las lágrimas que corrió en el camarín de Universidad de Chile fue de Martín Lasarte. El técnico de Universidad de Chile vivió un partido aparte y festejó con todo la estrella 17 del cuadro estudiantil.
Desde que llegó al Estadio Nacional, Machete hizo sentir que era un partido especial. Con un rostro que reflejaba tensión, el entrenador caminó directo al camarín número uno del reducto ñuñoíno con un solo objetivo: gritar campeón.
El encuentro no fue fácil. El técnico dio instrucciones a voz en cuello desde el primer minuto y, en más de una oportunidad, se agarró la cabeza para lamentar las ocasiones de gol que eran desperdiciadas por la ofensiva azul.
Hasta que llegó el momento del gol de Gustavo Canales. En ese preciso instante, el técnico levantó los brazos y miró al cielo, como anticipándose a los festejos que se vendrían. Pitazo final del juez Carlos Ulloa y Lasarte salta a abrazarse junto con Rodolfo Neme y Marcelo Tulbovitz, ayudante técnico y preparador físico, respectivamente.
Lo posterior sólo fue alegría. Abrazos con Johnny Herrera y el resto del plantel fueron la primera reacción del DT. Posteriormente, se abrazó con Carlos Heller, presidente de Azul Azul, quien le agradecía y felicitaba por la corona obtenida.
Machete no quería que la fiesta acabara. Mientras los hinchas cantaban y deliraban con el campeonato, corría por todos los sectores de la cancha, recordando su mejor época de jugador, y repartía felicitaciones a cada integrante del equipo que se le cruzara.
En el camarín la fiesta estuvo lejos de cesar. "Dale campeón, dale campeón", "Quiero dejarlo todo, por ver a los azules" fueron uno de los cánticos que entonó junto con los jugadores, quienes celebraban con champaña la nueva estrella local.
El momento más distendido de la celebración, sin embargo, llegó cuando el técnico abandonó el camarín para conversar con los medios de prensa. Enzo Gutiérrez, Sebastián Ubilla, César Cortés y Gonzalo Espinoza tiraron un balde con champaña a Lasarte, quien reaccionó como un joven en plan de juerga: abrazó a sus dirigidos y nuevamente gritó "dale campeón" junto con sus dirigidos.
"Creo que hemos conformado un gran grupo. Tenía muy claro cuál era el camino y la forma de recorrerlo. Por suerte tuvimos la fortuna y la perseverancia para conseguir el objetivo".
El montevideano resaltó la justicia del éxito alcanzado y apuntó a algunas situaciones individuales, como la evidente baja de peso y puesta a punto que experimentó Patricio Rubio. "Cuando llegué, a Pato le dije 'un jugador de elite no puede actuar en estas condiciones; si quieres jugar, sin quieres estar en la Selección, debes mejorar", recordó Machete.
Especificó que "el mérito es de él, del jugador, porque en los entrenamientos era el primero en llegar, se quedaba después que todos y hacía gimnasio cada día".
Por lo mismo, agradeció tanto a titulares como de suplentes. "A veces uno tuvo que tomar decisiones que iban en contra del interés individual, pero que apuntaban a la meta del grupo. Nadie se restó".
En cuanto a los agradecimientos, comenzó por su familia: "Para Patty, para Itziar, Para Seba, que viabajan a menudo a Santiago... Hubo que aguantar momentos de tristeza, de duda. A veces, se genera una situación en que uno puede llegar a sentirse un poco solo".
También aludió a sus subcampeonatos con la UC. "A veces, el fútbol puede ser cruel", afirmó.