En las oficinas del Centro Deportivo Azul los teléfonos no paran de sonar. Representantes ofreciendo a jugadores y futbolistas buscando la fórmula para extender su continuidad en el equipo de Martín Lasarte son algunas de las actividades que se repiten, a diario, en el búnker de Universidad de Chile.
A unos metros, en las canchas de entrenamiento, Edorta Murua, jefe de las series menores, vive un mundo totalmente paralelo. El ruido de los teléfonos no lo inquieta. En su mente, sólo da vueltas la revolución que está llevando a cabo en las juveniles del equipo que entrena en La Cisterna.
"Estoy maravillado con el trabajo que se está haciendo en las menores. Veo fútbol con mi hijo y me impresiona la manera en que analiza las jugadas. No sólo sigue la pelota, sino que también se fija en los movimientos de los jugadores", comenta Rodrigo Goldberg, padre de Cristóbal, quien está en la Sub 15 de la U. "A esa edad, yo sólo corría detrás de la pelota, nada más", agrega entre risas.
Los primeros tres meses de Murua en Chile comienzan a dar resultados. Los jugadores captan su idea y se perfilan para dar el salto al primer equipo: "No tenemos una varita mágica para saber cuántos jugadores sacaremos, pero se está trabajando bien", comenta Edorta Murua a El Deportivo.
En la conversación, Sabino Aguad, gerente del fútbol formativo, escucha con atención al ex encargado de las series menores del Athletic Bilbao. El ex dirigente de Palestino lleva cerca de un mes en su nueva función, pero asume dificultad de involucrar juveniles al equipo de honor: "Decirle al técnico que ponga en el plantel un diez por ciento o veinte por ciento de jugadores formados en casa, no es fácil. Hacer exigencias es difícil, porque el técnico se juega el puesto cada fin de semana. Sin embargo, nuestra idea siempre ha sido sacar la mayor cantidad de jugadores".
El trabajo de las inferiores está directamente relacionado con la labor que realiza Martín Lasarte. Durante la pretemporada, que comienza el 1 de junio, el DT evaluará a cinco jugadores, con el fin de sumarlos a la plantilla. Sebastián Gómez, Nelson Espinoza, Luis Felipe Pinilla, Nicolás Ramírez y Diego García son algunos de los proyectos de futbolista que se manejan en el club.
La revolución en las inferiores azules se centra en el compromiso. La metodología incluye que los juveniles, a través de una pizarra, explican a sus compañeros de categorías inferiores los movimientos que deben realizar en la cancha. Sin embargo, no todo se realiza en las horas de entrenamiento. Los futuros futbolistas se van con tareas para la casa, en las que deben fijarse cómo juega un futbolista en su posición.
"He visto cambios totales. Lo siento y lo transmiten. Lo principal era crear una dinámica en el club, una cultura de entrenamientos, un lenguaje donde trabajaramos en relación a una idea. No trabajamos como un equipo de fútbol, sino como proyectos de futbolistas", señala Murua.
Sabino Aguad interviene y toma un rol de entrevistador: "¿Esa etapa de aprendizaje se cumplió?, ¿todos entienden la idea?": "Estamos en las etapas de comprender las cosas. Ahora viene la etapa más personalista. El lenguaje lo manejan, pero ahora tenemos que saber escribirlo. Ahora le estamos dando otras cosas que no estaban presentes en su día a día. No todo gira en torno al balón, hay muchas más cosas, como las posiciones y las funciones".
Finaliza la conversación. Edorta Murua y Sabino Aguad se retiran a ver el duelo que medirá a la juvenil de Universidad de Chile ante O'Higgins. Antes, sin embargo, Murua finaliza diciendo: "No te puedo decir cuántos saldrán, pero sí que hay mucho potencial".