Julian Draxler tiene 23 años y mide 1 metro y 87 centímetros. Su presencia se impone en la zona mixta post partido ante Chile. No sólo por sus rasgos físicos, sino también por su condición de capitán y principal figura de Alemania en la alternativa selección que llevó Joachim Löw a la Copa Confederaciones 2017.

Draxler es la encarnación del futuro del fútbol alemán. O la encarnación de un presente que nunca se ha visto interrumpido. Por eso, si el jugador fichado este año por el PSG (US$ 40 millones) habla de Chile, hay que poner atención. ¿Le gustó Chile? "Es un equipo muy fuerte y lo demostró una vez más", expresó. Lo curioso vino después, sin embargo, cuando reconoció abiertamente que Alemania, esta Alemania joven pero llena de figuras, sentía temor de enfrentar a la Roja.

"Por alguna razón, no sé por qué, estábamos demasiado nerviosos. Fue muy evidente", comentó el volante, ventilando una sensación que cuesta asociar a la rica historia del balompié teutón. "Por eso cometimos errores muy estúpidos al comienzo del partido con Chile, como en el gol", finalizó.

Sucede que la Mannschaft, efectivamente, se retiró aliviada del Kazan Arena. Asumiendo su condición de dominada por el conjunto chileno y en un segundo lugar del Grupo B, expectante de cara a la semifinales del torneo intercontinental. El propio Draxler, de hecho, reconoció esta posición: "En general, el resultado nos conviene, porque jugamos contra los campeones de América. Por supuesto, hubiese quedado más contento con una victoria, pero nos hemos propuesto el objetivo de terminar el grupo en el primer lugar y ahora será más difícil. Trataremos de vencer a los cameruneses y tomar el primer lugar", expresó la figura europea.

Si Chile se vuelve a cruzar con Alemania, sólo podría ser en una eventual final. Primero, eso sí, ambos elencos tienen que abrochar su clasificación a la próxima ronda este domingo, frente a Australia y Camerún, respectivamente (los partidos se disputan a la misma hora). La Roja, por diferencia de goles, quedó primera del Grupo B e incluso perdiendo por 1-0 seguiría en carrera.

Por lógica, entonces, las selecciones con mejor ranking FIFA del certamen deben seguir en carrera. Los germanos ya piensan en esa posibilidad, de hecho, después de haber probado en cancha la potencia de la generación dorada del fútbol nacional. "Ante un equipo como Chile no puedes salir a esconderte", sentenció el mediocampista.

Las sensaciones después del empate en Kazán también son positivas en el Equipo de Todos, que inmediatamente después del partido tomó rumbo al aeropuerto para volver a Moscú. El potencial alemán, por joven que sea su combinado, era una prueba que querían enfrentar en las filas de la Roja. Y aunque no se ganó, sí hubo conformidad.

"El empate no nos complica. Quedamos primeros del grupo y con la primera opción de clasificar", comentó ayer Pablo Hernández, en su estilo muy pausado (ver página 61).

Lo cierto es que analistas, entrenadores y jugadores de los otros participantes de la Copa Confederaciones han reiterado su admiración por el nivel que exhibe el conjunto de Vidal, Sánchez y compañía. Una lluvia de elogios que se responden desde el camarín de la Roja con una mezcla de mesura y de confianza desmedida, como ocurre con el Rey Arturo, quien ya anticipó que quiere enfrentar a Alemania en la definición del próximo domingo, en San Petersburgo.

Chile ya logró dominar el continente americano y llegó a Rusia para presentar credenciales a nivel mundial. Y lo está logrando de algún modo, aunque no ha clasificado. Por algo logró asustar a los mismos alemanes.