Uno de los objetivos de los dos partidos que Chile disputó en Europa era analizar si se podían sumar otros nombres a la Roja y ver como estaban los habituales integrantes del equipo. Todo con la Copa América en la mira. Pero las caídas ante Irán y Brasil dejaron poco.
Miiko Albornoz se consolidó como alternativa (fue a Brasil 2014, pero no jugó). A Jorge Sampaoli le gusta como marcador por la derecha y cumplió ante un rival exigente como los brasileños, con Neymar en el ataque.
Juan Cornejo fue una de las sorpresas de esta delegación. Y también fue uno de los pocos que destacó en la derrota ante Irán. No le pesó la camiseta y se mostró como una opción como lateral izquierdo para la Copa América.
Un escalón más abajo está Matías Fernández. Primero, logró regresar a la selección, lo que ya es un paso. Y aunque no fue desequilibrante en ninguno de los dos partidos (titular ante Irán e ingresó en el segundo tiempo ante Brasil) mostró su juego, voluntad e intención de generar ataque. Debería estar en la citación al torneo continental.
Tres que perdieron mucho fueron Pedro Pablo Hernández, Jaime Valdés y Enzo Roco. En el caso del defensa, su juventud le permite mantenerse como una carta para la Roja, pero por lo que hizo ante Irán, no. En el caso de los volantes, el de Colo Colo no tuvo ni un minuto, mientras que el del Celta mostró poco pese a jugar todo el duelo ante Brasil.
Y con un llamado de alerta quedó Eduardo Vargas. El goleador de Sampaoli no apareció en esta gira.