El sábado fue distinto para la Rojita en Paraguay. Ayer, a un día del debut en en el Sudamericano Sub 17, Alfredo Grelak y sus pupilos decidieron hacer una pausa y recorrer Asunción.
Al salir del Excelsior, hotel donde se hospeda la selección nacional, la comitiva se encontró de frente con la Avenida Chile, una de las más transitadas en la capital guaraní. Leyeron el nombre del país y pensaron, a más de dos mil kilómetros de distancia, en la tarea que hoy -frente a Bolivia, a las 20.10 horas- deben iniciar.
Chile será el anfitrión del Mundial de la categoría, que arranca a mediados de octubre, por lo que la presión de realizar un buen cometido en el certamen subcontinental es obvia. De no conseguirlo, Grelak y todo el proceso de Hugo Tocalli (jefe de selecciones menores) corre serio peligro.
Pasar la primera ronda es vital para las pretensiones del trasandino y sus hombres. De hecho, se pensó en cesar al trasandino después del fracaso de enero en Uruguay, pero en la ANFP prefirieron esperar hasta el Sudamericano Sub 17 para tomar la determinación. La razón es contar con el tiempo necesario para buscar sustituto. "Hablar de eso no vale la pena. Sí hubo autocrítica, hicimos charlas (el cuerpo técnico) y sabemos qué se hizo bien y mal", afirmó el argentino, quien aseguró que está presión no debe ser traspasada a su combinado infantil.
Puede tranquilizar lo realizado en la última parte de la pretemporada, donde la Rojita logró cinco victorias en sus últimos cinco aprontes. Ahora, buscará replicar lo conseguido ante clubes nacionales de la categoría. Contra Bolivia, los números están parejos. En los ocho partidos disputados, tres victorias posee cada conjunto; el resto, empates. Eso sí, los goles favorecen con creces a la Rojita: 24 para Chile, contra 8 de los bolivianos.
Hoy, Chile intentará revertir la tendencia estadística, y las críticas.