Histórico

La santa y su inquisidor: la obra sobre Teresa de Avila, la monja rebelde

Figura clave del misticismo y la poesía, en marzo se cumplieron 500 años de su nacimiento.

"Sé quién eres", dice ella. "Entonces también sabes por qué estoy aquí", le contesta un desconocido de sotana que la observa de arriba a abajo. "Eso no lo sé", responde. El hombre no existe. No es un sacerdote ni un inquisidor, pero actúa como si lo fuera. No es sino ella misma, Teresa de Avila, enfrentada a sus temores, a una de las tantas visiones que tendrá durante los 67 años que viva. Aún callada, no entiende por qué su silencio llena de dardos la boca de un intruso invisible que la acosa en la cocina de aquel convento, intentando doblegar sin éxito su rebeldía.

El 28 de marzo se conmemoraron 500 años del natalicio de Santa Teresa de Jesús, la mujer que nació y deambuló en la tierra más alta de España, quien consagró su vida a Dios a los 16, y que, años más tarde, burló los preceptos de la Iglesia Católica. Junto a San Juan de la Cruz, su eterno compañero, fundó las Carmelitas Descalzas, orden que hoy tiene 835 conventos en el mundo y más de 14 mil fieles. Cuarenta años después de su muerte, el 4 de octubre de 1582, fue canonizada por Gregorio XV.

Fueron sus letras cargadas de austeridad y misticismo las que sedujeron al dramaturgo español Juan Mayorga en 2011 para escribir La lengua en pedazos. La obra, estrenada en 2012, le valió al año siguiente el Premio Nacional de Teatro en España, y ha girado por Alemania, Israel y Serbia. Ahora, y producida por primera vez en el extranjero, llega al GAM a cargo de la compañía chilena La Calderona.

"Todo comenzó por la lectura de sus textos, en particular el Libro de la vida (su autobiografía, publicada en forma póstuma). Sentí el deseo de ofrecer al espectador esa palabra, tan tensa y hermosa, como palabra pronunciada. Luego indagué en el personaje que fue capaz de aquella palabra y encontré un ser humano formidable", cuenta Mayorga, quien se declara ateo sin vuelta: "No participo de su fe. Pero creo, con Edmon Jabès, que la espiritualidad es subversiva. Teresa es una desobediente cuya palabra y vida interpelan a cualquier ser humano, sea cual sea su credo".

Esta versión, codirigida por Mario Costa y Macarena Baeza, y protagonizada por Sara Pantoja y Alexei Vergara, narra el encuentro ficticio entre una futura santa y sus demonios internos. "En mi fantasía, el Inquisidor llega al monasterio de San José -que ella ha abierto contra la voluntad de las autoridades de la orden carmelita- con el objetivo no de cerrar la casa, sino de que la propia Teresa lo haga. Es, en alguna medida, su enemigo íntimo. A veces digo que el Inquisidor es la pesadilla de Teresa, así como ella lo es de él".

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