La segunda huelga general contra el gobierno de Mariano Rajoy en ocho meses, convocada por sus drásticos recortes en una España asfixiada por la crisis económica, obtuvo hoy un "seguimiento masivo", según los sindicatos. La jornada, que culminó con una gran manifestación en Madrid, dejó enfrentamientos entre huelguistas y policía, 118 detenidos y 74 heridos.
Los dos grandes sindicatos, Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), proclamaron el "éxito" del paro. Un 76,7% de los trabajadores, casi 9,2 millones de asalariados, secundaron la huelga en un país que tiene ya casi 5,8 millones de desempleados y supera, por primera vez en su historia democrática, la tasa del 25 por ciento de la población activa.
La gran industria paró de forma masiva. El seguimiento fue también muy alto en el transporte, pero se respetaron los servicios mínimos. Hubo cancelaciones de vuelos y retrasos en aviones que despegaron, vagones a rebosar en los metros de Madrid y Barcelona y andenes llenos en las estaciones de ferrocarril de cercanías.
El impacto fue también amplio en el sector de la construcción. El seguimiento en el comercio, sin embargo, fue desigual, en función de las ciudades y hasta de los barrios. Las grandes cadenas comerciales abrieron en algunos casos las puertas de sus establecimientos bajo protección policial. En la banca tuvo poco impacto. El Partido Socialista (PSOE), el principal de la oposición, y otras fuerzas parlamentarias de izquierda apoyaron la huelga.
"Estamos profundamente agradecidos a los trabajadores que han seguido la huelga, en una situación tan difícil, con casi seis millones de desempleados. Exigimos un cambio rotundo de las políticas del gobierno, si no nos llevarán al precipicio", manifestó el líder de UGT, Cándido Méndez.
Nunca antes un mismo gobierno había sufrido en España dos huelgas generales de 24 horas. La primera a la que se enfrentó Rajoy fue la del 29 de marzo contra su controvertida reforma laboral. Aquella, sin embargo, tuvo mayor seguimiento que la de hoy: la respaldaron casi 10,5 millones de trabajadores.
GRAN VIA Y CIBELES
El paro en España coincidió con otra huelga general en Portugal y con protestas y movilizaciones en otros países de la Unión Europea (UE) contra las políticas de austeridad imperantes.
En el centro de Madrid, la policía cargó en varias ocasiones con bastones y balines de goma contra huelguistas que habían cortado el tráfico. Varios centenares de sindicalistas, estudiantes y miembros del "movimiento de los indignados" se concentraron en la Gran Vía. Allí y en la Plaza de Cibeles hubo varias cargas policiales que dejaron 15 heridos y dos detenidos. El balance provisional de las autoridades arrojaba un saldo de 118 detenidos en todo el país y 74 heridos, de ellos 43 policías.
Durante la jornada de huelga hubo un centenar de manifestaciones en toda España. La más multitudiaria fue la que tuvo lugar por la tarde en Madrid, que encabezaron los líderes sindicales y en la que participaron decenas de miles de personas. En el entorno del Congreso de los Diputados se convocó además una vigilia hasta la mañana del jueves. Barcelona fue escenario también de una gran marcha.
Los sindicatos, a los que se unieron 150 organizaciones sociales en la convocatoria de esta huelga, exigen a Rajoy un referéndum sobre sus políticas de austeridad, que en 11 meses de mandato suman ya miles de millones de euros en ajustes cuyos efectos se notan en pilares básicos del Estado del bienestar como la educación y la sanidad. "No se puede gobernar permanentemente de espaldas a la ciudadanía ni con un programa con el que no te presentaste a las elecciones", manifestó el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo.
El Ejecutivo consevador de Rajoy asegura no obstante que mantendrá el rumbo. "La hoja de ruta del gobierno es la única alternativa posible", manifestó el ministro de Economía, Luis de Guindos. La huelga "no es el camino adecuado para reducir la incertidumbre", dijo.