La derrota ante Ecuador fue un golpe doloroso para el equipo chileno de Copa Davis. Sin embargo, hubo hechos muy positivos, como la aparición de Christian Garin como segundo singlista, quien a pesar de perder sus dos partidos, dio potentes señales de un futuro auspicioso.

Después de las lágrimas y de la frustración que sintió tras su participación, se da el tiempo de analizar con La Tercera su paso por Manta. "A todos nos duele perder, más si es en Copa Davis. Para mí esto no fue fácil, porque no gané. Eso sí, estoy seguro de que lo que viví es un aprendizaje adelantado, porque a mi edad no debería estar enfrentando este tipo de presión", señala.

Asimismo, comenta que una de las cosas que lo dejó más alegre fue la respuesta física que mostró. "Me sorprendí  con lo bien que pude aguantar los cinco sets del primer día y los cuatro del domingo, sobre todo, en condiciones de calor y humedad", expresa.

También, revela algunos de sus momentos más complicados, como su relación con el público. "La gente fue muy molestosa y desagradable, pero yo soy de cabeza fría y dentro de todo pude controlarme. Sí me molestó mucho cuando los del equipo ecuatoriano me gritaban cosas, porque lo sentí como una falta de respeto", confiesa.

Otra situación difícil ocurrió cuando debió definir la serie. El ariqueño recuerda que "me provocó mucho desgaste esperar el resultado de Paul y ver que se retiraba. En ese momento me sentí muy presionado, porque no estoy acostumbrado a manejar esos niveles de presión".

Un gran campeón

Otro testigo privilegiado de los progresos de Garin fue el capitán Belus Prajoux, quien explica los motivos de su confianza en el promisorio tenista, indicando que "cada vez que ha tenido experiencias nuevas, como la Copa Davis o el ATP de Viña, ha respondido de gran manera. Esto que vivió ahora lo va a engrandecer. Además, me enorgullece ver cómo siente el tenis y la pasión que puso. Sin duda que va a ser un gran tenista".

Otro cercano al ex campeón mundial Sub 14 es su coach, Martín Rodríguez, quien enfoca su análisis en el profesionalismo que mostró su pupilo. "Me gustó mucho que cuando le comunicaron la decisión de jugar, de inmediato se concentró en el partido. Mostró muchísima calma y eso lo llevó a la cancha", subraya.

No obstante, separa los conceptos e indica que "si bien respondió a la exigencia y mostró madurez en la cancha, a él le siguen afectando las cosas, tal como a cualquier chico de 16 años. Eso no cambia mucho. Sin embargo, él sabe que en los próximos seis meses, cuando vuelva a jugar la Davis, va a ser otro jugador y va a tener otro ranking".

En esta misma línea, añade que "él va madurando rápido y pronto dará el salto al circuito, porque los resultados van llegando. Pero hay que ir paso a paso y no apurarlo".