"Ponerse la camiseta de Chile, con su escudo, es un orgullo y también una responsabilidad grande, que como grupo debemos saber llevar. Acá, no sólo estamos jugando por nosotros y nuestras familias, también estamos jugando por un país entero, por su alegría".
Estas frases de Mario Salas fueron reiteradas ayer, en forma potente, por el técnico a los jugadores de la Sub 20 chilena, apostando a mantener el foco del grupo en un objetivo primario: clasificar al Mundial.
En este escenario, el DT proyectó la meta "como un logro grupal y también social", como les reforzó en las horas previas al partido de hoy ante Paraguay, por la primera fecha del hexagonal final, con un discurso del seleccionador que se impregnó en la piel de todos sus muchachos. Tanto, que la bandera chilena está primero que todo, al igual que todo lo que ésta conlleva.
"Nosotros no jugamos sólo por nosotros, lo hacemos por aquellos que más mal lo pasan en el país, y eso lo tenemos presente cada vez que entramos a la cancha. Las alegrías individuales y colectivas son importantes, pero para esta selección lo es más poder darle a su gente, a los que menos tienen, un recreo, una alegría que necesitan más que nadie", dijo Franco Ragusa, uno de los líderes internos en el equipo de Salas.
El concepto social de jugar por Chile se palpa en cada jugador y en especial en los referentes del equipo, esos mismos que antes de saltar una vez más al pasto del Malvinas Argentinas posaron orgullosos con la bandera chilena. "En el debut del torneo, contra Argentina (fase grupal) se nos faltó el respeto al poner nuestro himno cuando estábamos saludando al rival. Eso fue un aliciente más para jugar por nosotros y por todos los chilenos que estaban en el estadio y viéndonos desde nuestro país", comenta Igor Lichnovsky, el capitán de una selección que asume el favoritismo para sumar la clasificación y un título.
"QUIERO SER EL GOLEADOR"
"Todos tenemos metas y objetivos, individuales y colectivos, pero sabemos que no sólo estamos jugando por nosotros, lo hacemos por todo un país detrás, expectante por lo que podemos lograr y entregarles, en especial a los que más angustias pasan diariamente. Por eso, acá nosotros jugamos por los más necesitados del país. Cubrirnos con nuestra bandera es especial, porque cada uno de nosotros sabe lo que ella significa", recalca Nicolás Castillo, el "Comandante del gol", ese mismo ariete que espera "ser el goleador del torneo", como dice, pero que principalmente espera volver a cubrirse con la bandera chilena, tal como en la imagen, cuando cumplan la promesa que se hicieron como grupo: clasificar y ofrecerles esa alegría a los más desposeídos del país.
Ese espíritu de ofrenda y sacrificio, como se reconoce en la interna del grupo, se ha impregnado en el plantel a través de un trabajo sistemático de Salas y su cuerpo multidisciplinario, amparado principalmente en convicciones y bases futbolísticas que el DT ha potenciado. "Hay muy buenos jugadores, con un gran fondo futbolístico, lo que se refleja con resultados. Todo eso, suma una ideología de solidaridad, tanto por el compañero, pues el equipo hoy es una familia, como por la gente. Para cada uno de este grupo el éxito propio y grupal es también considerado parte de la gente", reconocen en el staff técnico, donde el discurso social, con frases emblemáticas del "Che" Guevara, ya son parte del ADN del equipo.
SALAS LOS REMECE
Ayer, en la concentración, Salas le recalcó al plantel que hasta ahora no han ganado nada, que de no lograr la clasificación al Mundial, nada de lo que han hecho servirá o será recordado, y los arengó a no renunciar a jugar de forma ofensiva.
No claudicar en la lucha por cada uno de los compañeros del equipo ni menos cuando las cosas se pongan difíciles, fue otro de los consejos que el entrenador reforzó, algo que potenció en la semana el sicólogo del equipo, Sergio Villarroel.