Los pilotos de la Fórmula Uno, se asume, son tipos temerarios, que difícilmente ven peligros mayores fuera de la pista o que viven siempre buscando el límite de sus niveles de adrenalina. Sin embargo, se trata de hombres de carne y hueso. Sensibles. Y por eso es que, aunque no necesariamente en voz muy alta, en el paddock de la categoría el tema del avión de Malaysia Airlines que fue derribado en Ucrania se ha convertido en un tema. Con doble razón. El primero, por el Gran Premio de Rusia, a realizarse el fin de semana del 10 al 12 de octubre. Por otro lado, el vuelo que fue bombardeado es el que toman los tres mil miembros estables que componen la "familia" para trasladarse hasta Kuala Lumpur, a principios de temporada.

Entre los pilotos, nadie quería sino pensar en el dolor de las familias de los fallecidos. "Hay que estar con ellos, sobre todo en estos momentos tan duros. No es el momento de hablar del Gran Premio de Rusia", dijo al diario deportibo español Marca el piloto venezolano de Lotus Pastor Maldonado.

Más allá de eso, hay perocupación en el ambiente de la F1, porque pilotos, mecánicos, técnicos y periodistas toman habitualmente esa aerolínea y han hecho muchas veces el viaje en el mismo trayecto del malogrado vuelo.

El ambiente, en general, es de preocupación, por el Gran Premio que está programado para celebrarse en Sochi en octubre. "Estuve allí la semana pasada viendo a Petrov", comentaba Xavi Torres, actual fisioterapeuta de Sergio "Checo" Pérez en Force India, que lo fue en su día del piloto ruso.

"Nosotros viajamos mucho y no pensamos nunca en este tipo de cosas. Pero quizá es para pensarlo. Yo, como todos, he cogido ese vuelo a Kuala Lumpur y estoy muy impactado", comentaba al mismo diario hispano. "No sé qué pasara con Sochi, pero no creo que cambie mucho".

Para todos, y en particular para la prensa que sigue el Mundial de F1 todas las fechas, la carrera en Rusia ha sido desde hace rato un dolor de cabeza. Como una semana antes se corre en Japón, y no hay vuelos directos de Nagoya a Moscú, el viaje debe hacerse vía Tokio, no sin extensas escalas. Con ese agotador panorama, muchos han optado por "bajarse" de ir a la prueba en la que Rusia se estrenará en el calendario.

Que la F1 llegue a la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de este año es un importante hito para el "dueño" de la categioría, Bernie Ecclestone. Significa abrir el Gran Circo a la nación con el territorio más extenso del planeta, con un mercado ávido de todo lo que suena a lujo y con un gran poder adquisitivo.

"Queda mucho para ir a Rusia y creo que todo se calmará para entonces. Creo que iremos sin problemas", dice Kamui Kobayashi, en una de las opiniones más rotundas a este respecto. Es lo que dice la experiencia de la FOM de Ecclestone con estos asuntos, no plantearse romper un contrato hasta que el organizador diga que no se puede mantener la seguridad y que la responsabilidad no recaiga en su lado de la red.

Antes de viajar a Japón para iniciar la gira asiática final de 2014, será el momento en el que salte el asunto si la tensión no se ha calmado. Pocos lugares viven tan al día como la F1 y tan lejos de muchas realidades.