Tal como ocurrió el año pasado, con el terremoto de Iquique, la reconstrucción en Atacama tras los aluviones podría definir la decisión de que el Dakar no pase por Chile.
Ya pasó en 2014. El sismo del 1 de abril puso en duda la realización del Dakar 2015, pues el gobierno no quería aparecer entregando seis millones de dólares para aportar a una carrera por zonas aún en reconstrucción. Iquique había sido elegida como campamento del día de descanso y, en La Moneda, no querían protestas populares.
La historia terminó siendo feliz para la relación entre Chile y el Dakar: la ruta se mantuvo. Ahora, buena parte de la zona afectada es el llamado Corazón del Dakar, en el desierto de Atacama.
Las inundaciones, otra vez, se produjeron en la peor época, precisamente cuando las autoridades chilenas afinan los últimos detalles para definir si habrá aporte estatal para que el recorrido de la carrera siga pasando por Chile.
En el Ministerio del Deporte toman las cosas con calma. Ya le advirtieron a ASO que no aceptarán ningún ultimátum, ni siquiera el hecho de que los galos hayan llamado a una conferencia de prensa para este 16 de abril, donde divulgarán la ruta definitiva de la edición 2016.
Hasta antes de la tragedia en el norte, la decisión chilena se iba a tomar la próxima semana, pues se espera que, dentro de estos días, lleguen los informes pedidos a distintos organismos, entre ellos el del Consejo de Monumentos, que ha sido crítico al paso de la carrera, por el daño a zonas arqueológicas.
En el Ministerio del Deporte aseguran que no pueden dar una respuesta definitiva tan encima de la tragedia, pero reconocen que una nueva carpeta con los detalles y números de lo ocurrido en Antofagasta y Atacama se sumará a las que serán analizadas. Y para eso no hay plazo.