En Chile, el automovilismo tiene un público fiel, con competencias en distintas zonas. Sin embargo, no todas invierten de la misma manera en seguridad. Y las que invierten se encuentran con un problema inherente al rally en sí: no se puede controlar todo, finalmente quedan en manos de que la gente respete las medidas de seguridad. No siempre ocurre. La proliferación de pruebas, además, escapa al control de la Federación de Automovilismo Deportivo de Chile, según denunció ayer en estas páginas el presidente del organismo, Mauricio Melo.
Sus palabras tuvieron eco y el diputado Celso Morales, integrante de la Comisión de Deportes de la Cámara, anunció que enviará un proyecto de ley que impida que se realicen pruebas sin el consentimiento de la Fadech: "Los rallys no patrocinados y autorizados por la federación deberán ser catalogados como carreras clandestinas, porque ellos son el organismo técnico para poder decir sí o no".
Y agrega: "Creemos que todo rally debe contar con la autorización previa de la federación, y que, sin su autorización, ni del alcalde respectivo, la Seremi de Transportes y Carabineros, no se puede otorgar permiso para su realización. Sin estos requisitos se entiende que es una carrera clandestina, por lo tanto, transgrede la legislación vigente. Y permitiría hacer solidariamente responsable a las autoridades locales que hayan permitido su realización".
Junto con reunirse con Melo, Morales solicitará que el Mindep se haga parte del proyecto: "Pediremos el patrocinio del Ministerio para que este proyecto tenga una tramitación ágil y pueda convertirse en ley de la Republica".
Felipe Horta, organizador del Campeonato Nacional de Rallys, prueba federada, detalla los protocolos que siguen para evitar consecuencias fatales: "Hemos hecho un trabajo exhaustivo en estos 18 años. Más allá de los recursos, lo que prevalece es el compromiso para hacer la pega. Si uno no se compromete o es histérico en el buen sentido de la palabra, esto no funciona. Hay que estar pendiente minuto a minuto, porque la magnitud es tan grande que no cuesta nada que ocurra una tragedia, como sucedió en Vichuquén".
En ese sentido, precisa que "60 días antes de la carrera se determinan las condiciones, la partida protocolar, el parque de asistencia, las necesidades logísticas y que haya una coherencia entre el camino y el kilometraje adecuado". "A veces ha ocurrido", añade, " que hemos encontrado caminos buenos desde lo deportivo, pero los hemos desechado por ser peligrosos para el entorno".
Una vez realizadas las respectivas solicitudes a las gobernaciones, intendencias, municipalidades, Seremi de Transportes, vialidad, se constituye una directiva de funcionamiento. "Carabineros hace las recomendaciones. Ellos evalúan la factibilidad positiva del evento. Una vez que se cumple con los requerimientos, con 10 dias de anticipación se hace una labor de difusión, medios, volantes informativos con día, lugar y hora. Y durante esos 10 días previos, la producción sale a recorrer cada uno de los trazados y se hace un empadronamiento casa por casa, lugareño por lugareño, donde se le explica a cada vecino que la carrera pasará por el sector y se le toma los antecedentes", destaca el productor.
Asimismo, el ex piloto indica que "el día de la carrera hay un dispositivo de seguridad preventivo". Lo concreta: "Salen los vehículos, con cintas de peligro y señalética indicando los horarios y pasan tres autos de seguridad. Uno de ellos, el 00, lo hace acompañado de Carabineros. También hay ambulancias, médicos y helicóptero, además de diversos seguros comprometidos. Por eso nuestro rally es muy valorado por la FIA y aspiramos a tener una fecha del Rally Mundial en 2019".
Si hay gente que no respetara las señaléticas, se le indica que debe retirarse. Y si la negativa persiste, se cancela el prime, como ya ha ocurrido en algunas ocasiones. La prensa y fotógrafos acreditados siempre se desplazan en compañía de un miembro de la organización. Ése es el intento. No hay sanción o castigo para los que imcumplen las medidas.
En el caso del Dakar, una prueba cross country, los permisos pasan por el gobierno y se involucran diversas autoridades. Entre ellas, 13 ministerios. "Es un trazado diseñado junto con las autoridades locales de cada país. Hay zonas preventivas de espectadores que involucran a 2.000 hombres en las rutas (gendarmes, policías, militares). En total, son 51 áreas protegidas para el público", narra Juan Esteban Lastra, jefe de prensa del Dakar en Chile. También existen un hospital de campaña, un avión sanitario, siete helicópteros, 32 vehículos rodantes, 10 de ellos para fines médicos, y 60 personas dedicadas a la atención de salud. Por otra parte, existe un puesto de control de la organización (PCO), compuesto por 35 personas movilizadas las 24 horas.
El piloto Luis Ignacio Rosselot plantea: "Pero también hay que educar a la gente para que respete las medidas de seguridad, porque acá se cree que los pilotos estamos locos y no es así".