"El virus está descontrolado". Así de tajantes se muestran los misioneros salesianos presentes en Liberia ante el avance inexorable de la epidemia del ébola en el país, el más afectado de Africa Occidental, según confirmó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo a las últimas cifras del organismo, las muertes por ébola en el oeste de Africa ya ascienden a 1.350, mientras que los casos se han incrementado hasta los 2.473, de los cuales 972 fueron en Liberia y 907 en Sierra Leona. Se considera que en estos dos países, que acumulan 576 y 374 muertes, respectivamente, la transmisión del peligroso virus es alta.
En el caso de Liberia, la presencia del ébola ha sumido en el caos al país. Los 75.000 habitantes de West Point, en la periferia oeste de Monrovia, capital del país, amanecieron ayer cercados por un cordón militar y policial fuertemente armado, luego de que la Presidenta Ellen Johnson Sirleaf impusiera una cuarentena a ese barrio y al de Dolo Town, en la provincia de Margibi, para evitar la propagación de la enfermedad. El pasado fin de semana unos jóvenes atacaron un centro de aislamiento en West Point, del que se llevaron objetos potencialmente contaminados y provocaron la fuga de 17 enfermos, encontrados más tarde. Y fue también en ese barrio donde ayer resultaron heridos de bala cuatro residentes.
Además de la cuarentena, en estos barrios el gobierno decretó un toque de queda entre las 21.00 y las 6.00. También ordenó el cierre de todos los centros de ocio y de todos los videoclubes a partir de las 18.00.
Ellen Johnson Sirleaf, triunfadora en 2005 de los primeros comicios celebrados tras el fin de la guerra civil, "heredó" un país destrozado por años de sangrientos enfrentamientos.
Liberia, la república más antigua de Africa, fue fundada en 1822 para albergar a los esclavos emancipados del norte de América y el Caribe. Aunque proclamó su independencia en 1847, no fue reconocida por EE.UU. hasta 1862. Su bandera se asemeja a la de Estados Unidos y su capital, Monrovia, fue bautizada en honor al Presidente norteamericano James Monroe (1817-1825).
Este país, rico en caucho, oro y diamantes, estuvo en relativa calma hasta 1980, cuando el sargento de 28 años Samuel K. Doe derrocó y dio muerte al Presidente William Tolbert, poniendo término al sistema político de Liberia, el más pro norteamericano y estable de Africa. Este golpe de Estado, el primero ocurrido en ese país africano desde su independencia, marcó el fin del dominio de la minoría américo-liberiana que había regido al país desde 1847.
Así, a fines de 1989 se desató la primera guerra civil, tras el surgimiento del Frente Patriótico Nacional para la Liberación de Liberia, liderado por Charles Taylor, quien llegaría a convertirse en presidente del país, luego de los acuerdos de paz de 1995. Pero su gobierno autocrático y disfuncional -al que la ONU impuso sanciones por tráfico ilegal de diamantes durante la guerra civil en la vecina Sierra Leona- condujo a Liberia a su segunda guerra civil en 1999.
Tras su detención en 2006, Taylor se convirtió el año pasado en el primer ex mandatario africano condenado por un tribunal internacional, el cual confirmó la pena de 50 años de cárcel por crímenes de guerra y lesa humanidad durante la guerra civil de Sierra Leona (1991-2002).