"¿Si voy a renunciar? Confieso que no he pensado en eso". Entre risas, el Presidente brasileño Michel Temer respondió así ayer al ser consultado, durante el desayuno de fin de año con periodistas en el Palacio de Alvorada, sobre declaraciones de un senador aliado al gobierno que habló sobre su eventual salida anticipada, justo en momentos en que su nombre aparece mencionado en el escándalo de corrupción de Petrobras y su partido, el PMDB, es sospechoso de financiarse ilegalmente.

"Esto es natural, estamos acostumbrados a dichos de esa naturaleza (...) tenemos que seguir adelante", declaró el mandatario, minimizando así las declaraciones efectuadas por el senador Cassio Cunha Lima, del PSDB, para quien Temer tendrá "dificultad" para concluir su gestión.

Lo cierto es que Cunha Lima no fue el primer socio político de Temer que ve el riesgo de un colapso político, según consignó Ansa. El líder del PSDB, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, declaró recientemente que este gobierno se parece a un puente precario hecho de juncos, cuya consistencia está en duda.

Responsable, en gran parte, de la inestabilidad del gobierno de Temer es el escándalo de corrupción de Petrobras, que tiene a la constructora brasileña Odebrecht como uno de sus principales protagonistas. El miércoles el Departamento de Justicia de EE.UU. hizo públicos documentos que dan cuenta de los millonarios sobornos pagados por la empresa, tanto en Brasil como en otros 11 países a cambio de contratos, coimas que superarían los US$ 1.000 millones (ver infografía).

Ayer el gobierno de Ecuador pidió a la Fiscalía que investigue los supuestos sobornos de la compañía en el país, mientras que Colombia dijo que cancelará los contratos en los que se compruebe actos de corrupción de Odebrecht. En tanto, el Presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, negó haber recibido dinero de la constructora cuando era primer ministro del gobierno de Toledo.

Estas nuevas revelaciones sobre Odebrecht se suman a las delaciones compensadas de varios ex ejecutivos de la empresa que no han hecho más que complicar al Palacio de Planalto. Según esos testimonios, aún no hechos públicos en forma oficial pero filtrados a la prensa local, el mandatario habría solicitado a la constructora la suma de 10 millones de reales (cerca de US$ 3 millones) en nombre del PMDB para la campaña de esa formación, que presidía en la época.

Según el diario Folha de Sao Paulo, Temer ha sido citado por al menos tres delatores de Odebrecht por supuestas prácticas ilegales. Uno de ellos, sostiene el periódico, habría dicho que la constructora realizó en 2014 pagos ilegales de cerca de US$ 8,9 millones a la fórmula electoral encabezada por Dilma Rousseff y Michel Temer. Ese monto representa el 10% del total recaudado por la campaña declarado oficialmente.

El Tribunal Superior Electoral de Brasil espera concluir la investigación de las cuentas de la campaña en el primer semestre de 2017. Temer insistió en que, al menos en su propia campaña, la cual sostiene que en términos financieros era "separada" de la de Dilma Rousseff, "todo se hizo dentro de la más estricta legalidad", por lo cual está "tranquilo" y convencido de que no será afectado por las investigaciones.

Sin embargo, reiteró que si la justicia electoral llegara a fallar en su contra, dejará el cargo, aunque sólo después de utilizar todos los recursos que las leyes permiten. "Si hubiera una sentencia definitiva, será acatada", aseguró.