Como un balde agua fría cayó en la administración del Presidente Donald Trump el anuncio de que su ex asesor de seguridad, el general Michael Flynn, se declarara hoy culpable de haber mentido al FBI sobre sus conversaciones con miembros del gobierno ruso y que admitiera que "importantes miembros" del equipo del actual mandatario de EE.UU. sabían de sus actividades.
"Mi declaración de culpabilidad y mi acuerdo para colaborar reflejan una decisión que he hecho pensando en los mejores intereses de mi familia y de nuestro país. Acepto completa responsabilidad por mis actos", dijo Flynn en un comunicado.
Flynn - militar de carrera que entre 2012 y 2014 dirigió la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU.- solo detentó el cargo de asesor nacional en la Casa Blanca durante 25 días, ya que tuvo que dimitir por haber mentido al vicepresidente, Mike Pence, y a otros altos oficiales sobre el contenido de sus conversaciones con el embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak.
Esas conversaciones supusieron un escándalo porque entonces Barack Obama aún era Presidente y el equipo de Trump no estaba autorizado para tomar contacto e intentar influir en gobiernos extranjeros.
Así, luego de meses de silencio, Flynn llegó hoy en la mañana hasta la Corte en Washington y se convirtió en el primer alto oficial de la Casa Blanca en jurar cooperación con la investigación que el fiscal especial Robert Mueller está llevando a cabo sobre la intervención de Rusia en las elecciones presidenciales de noviembre del año pasado. Para los analistas la declaración de hoy golpea en el corazón del gobierno de Trump y estiman que puede desembocar en más imputaciones.
Para el ex fiscal y profesor de leyes de la U. de Harvard, Alex Whiting, "Flynn probablemente decidió declararse culpable porque la evidencia en su contra era muy fuerte, en especial por las falsas declaraciones al FBI". "Hay que recordar que el FBI tiene en su poder conversaciones grabadas que contradicen lo que Flynn le dijo al FBI", dijo a La Tercera.
El diario The Washington Post señaló, citando registros de la Corte, que Flynn admitió que había mentido al FBI en varias conversaciones que sostuvo con el embajador ruso Kislyak. En una, ocurrida el 22 de diciembre de 2016, él contactó al diplomático por la oposición de la administración entrante a la resolución de la ONU de condenar los asentamientos de Israel y la petición de que Rusia votara en contra. Pero después Kislyak llamó y dijo que Moscú no votaría en contra. Según la cadena NBC News este contacto habría sido a instancias del yerno de Trump, Jared Kushner.
En otra conversación, el 29 de diciembre, Flynn llamó al embajador para pedirle que Moscú no escalara la pelea sobre las sanciones impuestas a Rusia por la administración Obama. Kislyak después llamó de vuelta y dijo que el Kremlin había elegido no tomar represalias.
Flynn admitió en su declaración de culpabilidad que cuando el FBI le preguntó, el 24 de enero de 2017 (cuatro días después de que Trump llegara a la Casa Blanca) sobre sus contactos con Rusia, él no describió de manera fidedigna las interacciones. Pero señaló que otras personas en el equipo de transición sabían lo que estaba haciendo.
En ese sentido, el diario The New York Times señaló que los documentos de la Corte no mencionan o desclasifican lo que Trump sabía respecto de las conversaciones de Flynn. El equipo de transición estaba liderado por el vicepresidente Pence, y entre los altos miembros se encontraba Kushner, el primer jefe de gabinete de Trump, Reince Priebus, y K.T. Mc Farland, quien fue el segundo a bordo de Flynn y ahora es embajador de Singapur.
"Los hechos que Flynn admitió hoy ya implican a otras personas, autoridades que no han sido nombradas del equipo de transición de Trump y es probable que la cooperación de Flynn desemboque en acusaciones adicionales a otras personas cercanas a Trump y puede implicar al mismo Presidente. Hay reportes que señalan que Flynn tiene evidencia directa contra Trump", asegura Whiting.