Miércoles 21: cita en el Congreso

A primera hora, el presidente del Senado, Guido Girardi, junto a su vicepresidente, Juan Pablo Letelier, se reúnen con los principales dirigentes secundarios en la sede del ex Congreso en Santiago. La cita fue la antesala del encuentro que los estudiantes sostendrían, en el mismo lugar, con el ministro de Educación, Felipe Bulnes. Casi al mismo tiempo que La Moneda anunciaba la ampliación del plazo para evitar la pérdida del año escolar (se estimaba que 70 mil alumnos quedarían repitiendo), se comenzaba a estudiar una fórmula que permitiera retomar el diálogo.

En dicho encuentro, el ministro Bulnes envía las primeras señales de apertura del Ejecutivo, las que coinciden con la disposición de los secundarios de transformarse en los articuladores de un acuerdo general.

El primer borrador

Tras su cita con el ministro, los estudiantes se comprometieron a confeccionar un documento con propuestas. En paralelo y consciente de la nueva disposición de los movi- lizados.

Durante la tarde, una vez más el ex Congreso sirvió como escenario para una reunión entre los secundarios y los senadores Letelier y Girardi. En dicha instancia y con el apoyo de algunos de los asesores de los parlamentarios, los estudiantes comienzan a definir las primeras líneas de la propuesta que harían al gobierno.

Fruto de dichas conversaciones emanó un primer borrador, de dos carillas de extensión, que después comenzaría a ser socializado con algunos de los dirigentes de la Confech. Los contactos fueron realizados con algunos de los asesores de los principales líderes universitarios, el PS Miguel Crispi y el PC Juan Urra.

Jueves 22: señal de fuerza

Mientras las conversaciones informales entre la Confech y el gobierno se intensificaban, secundarios y universitarios se movilizan para dar una señal de fuerza que les permitiera enfrentar de mejor manera las tratativas con el Mineduc.

Con el propósito de sumar respaldos, algunos de los dirigentes toman contacto con parlamentarios de la Concertación. El propósito de los contactos era conseguir que la oposición saliera a respaldar públicamente las condiciones fijadas por los estudiantes. En respuesta al llamado, parlamentarios como el diputado Carlos Mones y el propio senador Girardi amenazaron con bloquear la agenda de educación de La Moneda e incluso, rechazar el Presupuesto.

Viernes 23 : La Moneda da luz verde a acuerdo

Muy temprano y otra vez en el ex Congreso, el senador Juan Pablo Letelier sostiene una reunión de coordinación con representantes de la Confech. Tras la cita, los estudiantes comunican al gobierno su disposición a retomar el diálogo y estudiar una fórmula que permita regresar a clases, aunque sin deponer completamente la movilización.

Con la propuesta de los estudiantes, en horas de la tarde, en La Moneda, se convoca a una reunión extraordinaria entre los ministros Rodrigo Hinzpeter, Andrés Chadwick y Felipe Bulnes.

Conscientes de la importancia de lograr un acuerdo antes del encuentro de la Confech programado para el día siguiente en Coquimbo, el gobierno decidió concentrar sus esfuerzos en una reservada cita que el ministro Bulnes sostendría, horas más tarde, con algunos de los representantes del movimiento. A la cita (ver nota aparte) llegaría también el senador Letelier.

Sábado 24: el e-mail

Con el acuerdo cerrado ya la noche anterior, el ministro de Educación, Felipe Bulnes, llegó a primera hora del sábado hasta el edificio del Ministerio de Educación, para terminar de redactar la carta que horas más tarde sería motivo de debate en la reunión de la Confech, en Coquimbo. El ministro se reuniría después con el Presidente para analizar el tema.

Paralelamente y como parte del compromiso con Bulnes, los secundarios se reunían con el senador y presidente de la DC, Ignacio Walker, para asegurar el apoyo de los parlamentarios opositores a la decisión de paralizar la agenda de educación en el Congreso, específicamente, el proyecto de desmunicipalización.

Domingo 25: mensajes

La suspensión del pleno de la Confech que debatía la nueva propuesta, producto del apagón, había vuelto a activar las alarmas en La Moneda. Si bien el compromiso de los estudiantes, que esta vez tenían el acuerdo de algunos sectores más radicales, aseguraba una respuesta positiva, el hecho de que la decisión se postergara hasta el martes inquietaba al gobierno.

En ese contexto, algunos de los dirigentes estudiantiles y el propio senador Letelier, se encargaron de enviar señales de tranquilidad. El mensaje que hicieron llegar al ministro Bulnes era uno: el aplazamiento no debía interpretarse como un paso atrás en el acuerdo.