Caía la tarde del lunes 7 de abril y una mesa del restaurante Miraolas de Vitacura comenzaba a llenarse, a paso lento, de dirigentes del PPD. Uno a uno fueron llegando representantes de las corrientes internas mayoritarias. Gonzalo Navarrete y Alejandro Bahamondes, quienes representaban al "girardismo" se sumaban al presidente del partido, Jaime Quintana, y a los "laguistas" María Antonieta Saa y Marco Antonio Nuñez. También llegaron los "terceristas" Jorge Insunza y René Jofré, y el jefe de diputados PPD, Pepe Auth, quien no suscribe ninguna de las anteriores fuerzas partidarias. La concurrida cita sirvió para hacer un diagnóstico de la instalación del gobierno y dar el primer paso para la construcción de un acuerdo para gobernar el partido durante los próximos dos años.
La continuidad del senador por la Araucanía y la confección de una lista que represente a todas las sensibilidades presentes en la cita y que sea validada mediante una elección interna el 1 de junio próximo, fue la propuesta que llegó casi cinco días más tarde -el sábado 12 de abril- al consejo general del partido, celebrado en la sede del Congreso en Santiago.
Estaban prácticamente todas las tendencias alineadas con el pacto del Miraolas, a excepción de uno de los senadores recién electos: Felipe Harboe. El parlamentario por Chillán tenía otra idea en mente. Pese a pertenecer al "laguismo" -tendencia donde comparte liderazgo con la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, y el senador Ricardo Lagos Weber, quienes si estaban por cerrar los caminos a una competencia partidaria-, Harboe optó por tomar un desvío.
Respaldado por un grupo de militantes levantó una propuesta alternativa que buscaba postergar los comicios internos para noviembre próximo. Entre sus motivos planteaba la necesidad de concentrarse en respaldar al gobierno de Michelle Bachelet y esperar el cierre del proceso de instalación de los gobiernos regionales donde, según dijo, las disputas locales no se corresponderían con el acuerdo pactado en la cúpula partidaria. Otros interpretaban su jugada como un intento por dar una demostración de fuerza. Ese sábado, conocida su propuesta, se sucedieron las reuniones a puertas cerradas en el ex Congreso. Sus propios aliados naturales en el PPD -Tohá y Lagos Weber- intentaron convencerlo, sin éxito. Así las cosas, consiguió forzar una votación secreta -a la que se oponían varios dirigentes- cuyo resultado global, si bien no fue sorpresivo pues se impuso la propuesta mayoritaria, generó cierta inquietud.
Por 96 votos contra 72 se impuso la idea de una elección en junio, siendo el planteamiento de Harboe derrotado por 24 votos. Una cifra que llamó la atención de varios, considerando que se enfrentó solo a la mayoría de las tendencias PPD.
La movida de Harboe venía acompañada de un anuncio previo: días antes lanzó el movimiento Acción País, con el que busca crear su propio espacio en el partido. Una nueva tendencia en busca de aliados internos.
"Los caudillismos están en retirada. Hoy en día hay que tener alianzas en función de ideas de visiones y eso es lo que queremos plantear. Hay mucha gente que puede haber adherido a determinadas tendencias o lotes, que ahora se integran a una forma de trabajo distinta, en redes locales. Con Carolina (Tohá) y (Ricardo) Lagos Weber tenemos afinidad histórica y siempre la vamos a tener. Pero hoy hay que dar pasos a estructuras donde se debatan ideas", explica el propio Harboe.
Con todo, las semanas siguientes se sucedieron las conversaciones en el Congreso. El propio jefe partidario, Jaime Quintana, y el senador Guido Girardi mantuvieron contacto con Harboe, quien dio señales de apertura al acuerdo de la mayoría al notificar que no se levantará una lista alternativa, como advertían varios en el PPD. De esta manera, inició conversaciones para integrar a alguien de su sector a la próxima mesa directiva que se inscribe hoy, para ser reafirmada en la elección del 1 de junio.
Más allá de que se comience a sellar la próxima mesa, que saldrá de un consenso entre todos los sectores, en el PPD advierten que se trata de una especie de "tregua" que esconde una realidad que cada día se hace más visible. La colectividad fundada por Ricardo Lagos Escobar es hoy el único partido oficialista que aparece con posibilidades de proporcionar alternativas con miras a la sucesión de Michelle Bachelet en 2017.
La posición de ventaja pública de la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, y la popularidad aún vigente del senador Ricardo Lagos Weber han llevado a interpretar la jugada de Harboe como un intento por construir liderazgo interno y surgir como alternativa. Consultado por esta apreciación, el senador niega dicha pretensión. Pese a ello, en el partido atribuyen a esta realidad el distanciamiento que se ha producido entre las tres figuras consideradas emblemas del "laguismo" PPD.
No obstante, dicho cuadro interno sufrió otra modificación en el cónclave del fin de semana pasado. La presencia del ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, en el consejo del partido fue una fuerte señal interna. Fue el más aplaudido y el más requerido por los flashes, el sello de conducción política que le ha imprimido a su gestión le ha valido el reconocimiento del mundo político. El fin del sistema binominal podría ser anotado en su score personal. Otros miran a Educación: si bien el ministro Nicolás Eyzaguirre, otro de los que recibieron más aplausos en el cónclave, tiene un desafío complejo por delante con la reforma educacional, la apuesta de algunos es que, de salir airoso, se pondrá de inmediato en carrera.
De hecho, según reconocen varios de los que asistieron a la cena del Miraolas, en aquella cita, junto con sellar prácticamente el acuerdo de gobernabilidad, se definió que el trasfondo de la decisión buscaba el resguardo y blindaje de las figuras con proyección presidencial.
"En el PPD se ha articulado una 'nueva mayoría' para respaldar al gobierno, a nuestros ministros, ser guardianes del programa e impulsar el proceso de continuidad de este gobierno con figuras como Carolina Tohá, Ricardo Lagos Weber o, eventualmente, Nicolás Eyzaguirre", dice el diputado Marco Antonio Nuñez.
Por el momento, las aguas están tranquilas en el PPD, a la espera de que el asomo de la carrera presidencial desate una tormenta perfecta.