Capitán Theodore Van Kirk, navegante del boeing B-29

Alias "Dutch", tenía 24 años cuando navegó el Boeing B-29 que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima. Sobre la misión en Hiroshima Van Kirk dijo luego que no tenía "nada que lamentar" y recalcó en varias ocasiones que ésta había ayudado a poner fin a la Segunda Guerra Mundial. En 1946 dejó el uniforme y se puso a estudiar, obteniendo un máster en ciencias. Por más de 30 años trabajó para la compañía DuPont. El pasado martes y a los 93 años se convirtió en el último tripulante en morir.

Coronel Paul W. Tibbets, piloto y comandante de la aeronave

Antes de pilotear el Enola Gay (nombrado así en honor a su madre), Paul Tibbets, entonces de 30 años, había comandado un escuadrón de aviones en Reino Unido. Tras la misión en Japón, continuó en la Fuerza Aérea hasta 1966, cuando comenzó a volar aviones privados. "Por las noches duermo bien", afirmaba el piloto cuyas experiencias de guerra fueron replicadas en una película en 1952. Hasta su muerte, acaecida en 2007, a los 92 años, defendió la operación que él comandó.

Teniente Jacob Beser, operador del radar del bombardeo

Fue el único uniformado que voló en las dos misiones que lanzaron bombas atómicas sobre Japón. En agosto de 1980, Beser se reunió en Washington con el líder de la Sociedad de Sobrevivientes de Hiroshima, Surio Shimodoi. En 1988, tres años después de jubilarse como ingeniero de la Corporación Eléctrica Westinghouse, publicó un libro sobre las misiones en Hiroshima y Nagasaki. Al morir, en 1992, tampoco se había arrepentido y siempre defendió la decisión de EE.UU. de lanzar las bombas.

Capitán Robert A. Lewis, copilto del Enola Gay

Según el diario The New York Times, Paul Tibbets eligió a Lewis como su copiloto porque "había sobrevivido a dos accidentes y tenía reputación de mantener la calma en momentos de estrés". Sin embargo, nunca pudo reponerse del ataque. Recibió numerosos tratamientos psiquiátricos, participó en sectas y esculpió en mármol un hongo nuclear. "Si vivo 100 años, nunca conseguiré sacar estos pocos minutos de mi cabeza", escribió en su bitácora después de la misión. Falleció de un ataque cardíaco en 1983.

Mayor Thomas Ferebee, bombardero del boeing B-29

Fue quien, a las 8.15 horas del 6 de agosto de 1945, apretó el botón que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima. Tras la rendición de Japón, el 15 de agosto de 1945, Ferebee continuó en la Fuerza Aérea hasta su retiro, en 1970. Ese año el oficial le dijo a la revista Newsweek que estaba "convencido de que el bombardeo salvó muchas vidas al ponerle fin a la guerra". Gran parte de su carrera la realizó en el Comando Aéreo Estratégico y también sirvió en la Guerra de Vietnam. Murió de cáncer al páncreas, en 2000.

Subteniente Morris Jeppson, artillero de la misión sobre Hiroshima

Con sólo 23 años, Jeppson fue uno de los 12 tripulantes del Enola Gay, misión en la que tuvo la tarea de activar la bomba bautizada como "Little Boy", que cayó sobre Hiroshima. Fue su primer y último vuelo de combate. Tras dejar la vida militar en 1946, Jeppson trabajó en proyectos nucleares y luego fundó una fábrica de sistemas de calentamientos vía microondas de alta potencia. En 2002 vendió por US$ 167.500, a una casa de subastas, dos recuerdos del B-29 con los que se había quedado. Murió en 2010.

Soldado Richard Nelson, radiocontrolador de la aeronave

Luego de que "Little Boy" detonara, Nelson envió el siguiente mensaje al Presidente de EE.UU. Harry S. Truman: "Resultados excelentes". Al finalizar la guerra se graduó de administración de empresas y se transformó en un hombre de negocios, en Arizona. Más tarde se dedicaría a ventas industriales y se jubiló en 1986. Falleció en febrero de 2003, a los 77 años. "Cualquier persona siente lástima por las personas que son asesinadas... pero no lamento haber participado" en el Enola Gay, dijo una vez.