Universidad de Chile sumó una nueva frustración. Esta vez, en su debut en la Copa Libertadores, de local, más encima, ante un Emelec que demostró su valía al ganar en el Estadio Nacional por 1-0. De nuevo, los azules volvieron a mostrar los errores y las dudas que los tienen sumidos en una profunda crisis futbolística y de resultados. El equipo no se encuentra en la cancha. El repunte no se asoma en el horizonte.

Durante el primer tiempo, la U convivió con las falencias que, a nivel interno, la tienen compartiendo el último lugar de la tabla. Atrás, las fisuras aparecían con facilidad, sobre todo cada vez que alguno del fondo se animaba a improvisar algún adelantamiento. Es más, a los dos minutos, los ecuatorianos llegaban gracias a indecisiones en el bloque posterior. Y la amarilla de Osvaldo González se produjo, percisamente, cuando debió ir a la banda derecha a cubrir un forado.

En ataque, en tanto, todo pasaba por los balones detenidos: un par de cabezazos de Paulo Magalhaes fueron las llegadas más peligrosas tras lanzamientos de esquina. El resto, demasiada impresición. Mucha fuerza, hartas ganas, y poco más.

La llegada más clara fue a los 34 minutos, cuando Escalada elevó tras certero pase profundo de Bolaños. Había quedado casi frontal al arco, mano a mano con un Johnny Herrera que sigue dubitativo.

Al margen de los testazos del lateral derecho, los laicos pudieron irse en evntaja al camarín, porque en los descuentos bajaron en el área a Lorenzetti, pero Silvio Trucco se hizo el desentendido.

Sobre el arranque del segundo tiempo, los hombres de Martín Lasarte salieron a incrementar su presión. De movida, no más, tuvo un par de llegadas de mediana claridad. Pero Emelec siempre supo su libreto, y de contragolpe resultaba siempre peligroso. Y, tras aguantar ese primer ímpetu, los visitantes no sólo equilibraron, teniendo incluso un gol anulado por off side a los 58'.

Los ecuatorianos forzaron a los azules a salidas largas, frontales, a punta de pelotazos. Para tratar de resolver eso, el DT uruguayo mandó a la cancha a Maxi Rodríguez, y buscar de ese modo que el inconexo Canales entrara más y mejor en juego, ya que Ubilla estuvo, física y futbolísticamente, lejos del desafío. El problema fue que el volante zurdo charrúa entro por Chester Cortés, quien claramente fue uno de los más inteligentes en la escasa generación de juego estudiantil.

Pero Emelec pillaba siempre mal parado a la U. Así, era casi imposible el triunfo del local. Era cosa de tiempo que convirtieran. Y así fue.

Bolaños, con un zurdazo bajo y cruzado batió la puerta azul. Iban 64 minutos.

La U pudo empatar a través de Canales, en una de las pocas veces que apareció. A 12 minutos del final, Dreer se lució con la tapada. Luego, poco más. Pese a que los ecuatorianos jugaban con dos menos, la única clara posterior a eso fue en lso descuentos, cuando Rodríguez por fin metió un pase intencionado para un Lorenzetti que penetró al área por la derecha. Su centro, preciso, fue mandado a las nubes por Rocky González. Corolario para una noche negra que debió ser azul. Otra más. Triste debut azul en la Libertadores.