Trece jugadores del antiguo plantel de Universidad de Chile fueron excluidos para enfrentar esta nueva etapa. Más de 20 si se considera a los que estuvieron a préstamo y mantendrán esa condición o arreglaron una salida. De la mano de Martín Lasarte, la idea es rearmar el equipo con no más de 26 jugadores.
"La realidad es que estamos construyendo un equipo... ¿Si nos pesará el estilo de Sampaoli? No pensamos en eso...", ha dicho el nuevo técnico laico, tocando un punto trascendente: la reconstrucción del grupo.
En este contexto se redujo el plantel y se optó por allanar la salida de jugadores que no encajaban en el perfil de lo que esperaba el club.
Así, por ejemplo, se autorizó la venta de Juan Rodrigo Rojas al fútbol mexicano, recuperando sólo la inversión por el volante, sin margen de ganancias.
Al interior del plantel del primer semestre estaba la idea, en especial entre los referentes, que el paraguayo, así como Ramón Fernández, ambos provenientes de O'Higgins, no terminaban por sentir la camiseta azul, algo que llegó a los oídos de los dirigentes, por lo que la venta de Rojas se visó considerando este punto.
Asimismo, se dejó partir a quienes iban a estar incómodos, por no tener oportunidades de jugar (Rubén Farfán pidió salir) o por no ser vendidos ante ofertas que les reportaban sueldos imposibles de recibir en la U. Este último es el caso de Isaac Díaz, a quien Jaguares, en México, le pagará cuatros veces lo que ganaba. Similar a lo que hizo aceptar la venta de José Rojas. Y lo que hará si llega una oferta por Gustavo Lorenzetti, con quien existe un acuerdo tácito para dejarlo partir.
"Si los dejábamos en la U, porque el nuevo técnico los tenía considerados, hubiésemos tenido problemas. Tener jugadores desmotivados se descartó para minimizar este tipo de cosas, que no fue lo único que se previó en este nuevo ciclo", dicen en la U, donde el máximo referente y capitán espontáneo de la nueva era será Johnny Herrera.
Justamente, otro posible problema que se anticipó fue evitar complicaciones como las que vivió el propio Jorge Sampaoli con la figura de Diego Rivarola, a quien la barra siempre pidió en cancha. La salida de Pepe también permitió evitar que el nuevo DT tuviese el problema de tener que relegar, en algún momento, a uno que al igual que Gokú es histórico para el club, especialmente para los hinchas.
"Hay muchos centrales contratados y relegar, en algún momento, a una figura del club como Pepe no era bueno para nadie", cierran en la U, donde corren nuevos aires.