En Universidad de Chile, por fin, hay felicidad. Las derrotas quedaron atrás, y ahora se encuentran a tres puntos del líder Colo Colo. Un momento que para los universitarios parecía olvidado, ya que en los últimos dos años, vieron las definiciones del torneo desde muy lejos.

Luego de conseguir el título en el Apertura 2014 con un rendimiento brillante, de más del 88%, la U de Lasarte cayó en un bajón desenfrenado en 2015. En el primer semestre, donde solo sumaron tres puntos en la fase de grupos de Copa Libertadores, terminaron en el séptimo puesto del Clausura. Sumaron 26 puntos de 51 posibles, con una levantada en la recta final del campeonato que mejoró una imagen bastante pobre del inicio. La ausencia de Lasarte en la banca al inicio, por una operación en su espalda, enrareció el ambiente en un elenco donde los elencos bajaron ostensiblemente en relación al año anterior.

En el segundo semestre de 2015, los universitarios se abocaron a la Copa Chile al despedirse tempranamente de la pelea por el Apertura. Solo cuatro triunfos en 15 partidos dieron como resultado el final de la era de Machete, y de un año donde no se cumplieron los objetivos principales por más que se haya levantado la Copa Chile y la Supercopa.

2016 anunciaba una revolución con la llegada de Sebastián Beccacece. Pero en el primer semestre, la preocupación estuvo más cerca de salvarse del descenso que de pelear por el Clausura. Tres triunfos, siete empates y cinco caídas coronaron un nuevo undécimo puesto para los estudiantiles, que habían reforzado su plantel con jugadores de renombre: Gonzalo Jara, Luis Fariña y Fabián Monzón arribaron al CDA sin éxito.

En el segundo semestre, la U casi no dejó nombres de la era Lasarte en el plantel. Con un equipo nuevo, Beccacece solo duró hasta la sexta fecha. Asumió Castañeda, que tampoco logró el objetivo de meterse en la pelea de la parte alta. Con 21 puntos en 15 fechas, la U fue séptima, apenas clasificando para la Copa Sudamericana.

Ahora, la U de Hoyos está tercera, a tres puntos del líder cuando quedan cinco fechas para el final con la base armada a mediados de 2016 más los agregados de Benegas, Espinoza, Pizarro y el pequeño aporte de Ontivero. En la afición laica se ilusionan con un título que parecía muy lejano por lo hecho en los últimos años.